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Andrea Orozco Aldana es una joven barranquillera que ama cantar. A sus 18 años participó en el reality de televisión La Voz Colombia cantando baladas pop y logró llegar hasta la etapa de las galas en vivo en el grupo del cantante venezolano Ricardo Montaner y ser una semifinalista. Estudió en el colegio American School y desde los 13 años supo que quería ser cantante. 'A los 13 años recibí mi primera clase de técnica vocal. Estuve en clases de piano y aprendí a tocar varios instrumentos como la batería, pero me gustó más cantar y por eso decidí que quería estudiar música', relata la joven.

El diagnóstico. Hace dos años y medio, y con muchas dudas, decidió estudiar Música en la Universidad del Norte, pero al momento de hacer su examen de admisión contó a los profesores que ella no podía leer las partituras musicales porque tenía baja visión. 'Fui diagnosticada con retinosis pigmentaria a los 2 años. Mis padres investigaron sobre el tema y les asesoraron que el arte estimularía mis sentidos, así que luego de pasar por clases de pintura, ballet y música, decidí que lo mío era cantar'.

Pero Andrea aprendió a cantar repitiendo todo lo que escuchaba. Sus profesores de canto le leían y ella repetía, ya que nunca había aprendido a leer. 'Yo no sabía leer. En el colegio estudiaba escuchando y aprendiendo todo de memoria, y a los 18 años fue que empecé con el braille'.

La universidad

Fue así como el programa de Música de la Uninorte comenzó a estudiar la idea de adecuar las clases de tal manera que ella pudiera leer en braille las melodías escritas en un pentagrama. El director del programa, Julián Navarro, fue el profesor que asumió el trabajo, y durante cinco semestres ha trabajado junto a la estudiante.

Él aceptó el reto de aprender el lenguaje exclusivo para personas con baja visión o carencia de esta, en el que puntos sobre un papel se sienten en alto relieve y transmiten un mensaje escrito para aquel que no puede ver en su totalidad. 'Fue muy grato ver que los profesores, los estudiantes e incluso los directivos de la universidad se interesaran por hacer del programa un programa incluyente, y mi interés es abrirle las puertas a muchas personas, que como yo, quieren estudiar Música, pero es difícil formarse en Barranquilla, especialmente con una discapacidad, porque no he encontrado a ninguna otra persona como el profesor Navarro', comenta Andrea.

Motivado por el aprendizaje, Julián encontró un programa en internet que se adecuaba a lo que ellos más necesitaban: convertir melodías de un pentagrama al braille. Descubrió la magia del programa brasilero MusiBraille y lo 'cacharreó' hasta comprender que el programa permite no solo recibir grabaciones de melodías y convertirlas a un pentagrama escrito, sino que también le da la opción al usuario de utilizar el mismo teclado del computador como si éste fuera una máquina Perkins, aquella que, con solo seis teclas, escribe en el lenguaje Braille.

Al descubrir este programa gratuito en internet, Navarro conversó con las directivas de la institución y acordaron comprar una impresora de braille para usarla en el Departamento de Música. La petición fue aprobada y la primera impresora de braille fue instalada en la Universidad del Norte. 'Cuando la persona encargada la iba a instalar, estaba hecha un ocho y me dijo: -'Profe, yo he instalado miles de impresoras, pero esta es la primera en braille'. Entonces lo traté de ayudar y entre los dos pudimos instalarla. Así ha sido todo. Muy autodidacta', recuerda el profesor.

Además de la compañía constante del profesor, Andrea comenta que sus compañeros y demás profesores han sido muy comprensivos, y cree que es un trabajo de ambas partes. 'Todos han tenido la disposición, pero yo tampoco puedo pedirles a los profesores que la clase sea totalmente descriptiva y que yo necesito que me ayuden sin aportar nada. Eso no es así, tiene que ser 50 y 50'.

Sin embargo, la estudiante cree que a Barranquilla le hace falta conciencia y espera que se convierta en una ciudad incluyente de verdad. 'Me gustaría crear una fundación no solo para que las personas puedan aprender musicografía braille, sino también para logren adaptarse a la ciudad. Barranquilla no tiene andenes para personas con discapacidad visual, el transporte público no está hecho para personas que presenten discapacidad y la verdad es que la gente no tiene en su mente comportamientos para ayudar ni la conciencia para estar al servicio de personas con discapacidad, no solo visual sino física también. Sería chévere que haya la sensibilización en la ciudad y que la Alcaldía pueda colaborar en eso'.

Un programa incluyente

Hoy, después de dos años y seis meses de mucho trabajo, el Centro de Excelencia para la Docencia en la Universidad del Norte (Cedu) ha apoyado el proyecto y así mismo han incursionado en semilleros como el Programa Batuta, un programa infantil y juvenil del Departamento de Música de la universidad junto al Centro de Educación Continuada, en el que niños desde los 3 hasta los 16 años pueden acercarse a la música antes de estudiarla como un pregrado en el plantel educativo. Hasta ahora, hay 75 niños en el semillero, y dos presentan baja visión.

El tema de hacer inclusivo el programa de Música para personas invidentes ha hecho que el profesor Navarro estudie mucho sobre el tema, y desde hace un año y tres meses ha venido trabajando en un proyecto de su creación. Se llama Kit Navarro, y se trata de un tablero magnético en el que el profesor vidente puede usarlo al mismo tiempo en que la estudiante invidente lo utiliza con las teclas en braille. 'Hasta ahora, solo Andrea y yo lo hemos usado', afirmó Navarro, quien espera patentar su invención y convertirla en una herramienta fundamental para el estudio de musicografía en braille.

'Hemos tenido el respaldo de instituciones como la Organización Nacional de Ciegos Españoles y el Instituto Nacional para Ciegos, en Colombia. Así que esperamos que este proyecto llegue a las manos de muchos profesores que tengan la vocación de enseñar musicografía braille', afirma Julián.

Una joven común y corriente

Por su parte, Andrea afirma que, aunque su condición cambia día a día, ella sigue con su vida como una joven como cualquier otra. 'Muchas personas creen que por tener una discapacidad visual ya no tengo vida social y sí, sí la tengo. Yo uso whatsapp, leo mis redes sociales. Todo eso hace parte de la vida hoy en día y hace parte de mi vida también'.

Herramientas como el voice over del iPad y del iPhone han hecho un poco más fácil el uso de la tecnología en la que puede escuchar la grabación del celular en el lenguaje que desee. 'En este momento utilizo el iPhone porque tiene el voice over, que es un lector de pantalla. En el idioma que yo quiera y con una voz muy agradable. Es lo mejor que hay para personas como yo'.

Un futuro artístico

Aunque está en quinto semestre y son ocho los que hacen parte del programa de pregrado, Andrea ya tiene planes de consolidarse como cantante y está a la víspera de sacar un nuevo proyecto. 'Ahora estoy aprendiendo jazz y música popular, música del folclor del Caribe. También estoy realizando mis proyectos para consolidar mi carrera como músico y mostrarme al público como la cantante que soy. Aunque en mis planes inmediatos está seguir estudiando, cantar es lo que soy, para eso nací, sin importar si veo o no'.

Retinosis pigmentaria

Una de cada 4.000 personas presenta retinosis pigmentaria, también conocida como retinitis pigmentosa, condición que se compone de varios efectos negativos que degeneran la retina.

La causa general de esta enfermedad es genética, en la que se heredan genes afectados ocularmente. La presentación de la enfermedad se caracteriza por una degeneración progresiva de la estructura del ojo sensible a la luz, la retina, que poco a poco va perdiendo las principales células que la forman: los conos y los bastones.

En las noches, la persona con esta condición va perdiendo la visión y, en el proceso degenerativo, la luz afecta la claridad del color hasta cerrar el campo visual en su totalidad.

Hasta el momento no se ha encontrado un tratamiento completamente eficaz que permita recuperar el 100% de la vista.

El kit Navarro

Un tablero magnético y notas musicales metálicas en lenguaje braille componen el Kit Navarro, una creación del profesor y director del Programa de Música de la Universidad del Norte, Julián Navarro.

Con el kit, el estudiante con discapacidad visual puede escribir melodías en braille, y estas puedan ser mostradas en tinta. Las piezas están escritas en los dos lenguajes, así el profesor vidente lo puede usar al tiempo que el estudiante invidente sin necesidad de que ambos sepan braille.

El proyecto, que tiene año y medio de creación, busca ser patentado en poco tiempo.