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Las piezas de un viejo teclado de computador, el cual estaba dañado y guardado en un clóset, fueron utilizadas para decorar un bolso, un sombrero y otros accesorios de mujer.

Esta es una de las maneras que encontró un profesor vallenato para reciclar los equipos electrónicos que son desechados en Maicao, municipio de La Guajira donde se pueden conseguir estos aparatos tecnológicos nuevos con facilidad y a buen precio, gracias al comercio desarrollado, especialmente, por familias árabes asentadas allí.

Carcasas, circuitos, unidades de discos compactos, teclados, pantallas, boards y discos duros son convertidos en atractivos collares, pulseras, mochilas, llaveros, cadenas, carteras, billeteras y cosmetiqueras. Piezas que son comercializadas y vendidas en su mayoría a extranjeros.

Eso es lo que dice Henry Herrera Daza, quien comenzó con esta iniciativa en 2012 y actualmente se desempeña como docente del colegio Manuel Rosado Iguarán, de Maicao. El profesor vallenato buscaba cómo responder a un gran interrogante de los miembros de la comunidad sobre '¿qué van hacer con tantos equipos electrónicos en desuso?', dice.

EL PROYECTO

Herrera cuenta que inicialmente que el reciclaje de residuos electrónicos para transformarlos en piezas de bisutería fue un proyecto de aula para que los estudiantes investigaran y se apoyaran en su creatividad para saber qué se podía hacer con esas partes de computadores que no utilizaban. De allí nació la idea de fabricar cosas. Empezaron con artículos como un bolso decorado con teclado; tarritos con los mouses y portalápices.

'Lo primero que nosotros reciclamos fueron las partes de computadores como la board, el teclado y el mouse. Luego empezamos a mirar qué productos útiles y corporativos podíamos hacer con esas partes', relata.

Se trata de un proyecto que trabajan coordinadamente con las áreas de Química, Contabilidad- Emprendimiento y Artística, gracias al diplomado impartido por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, a través del programa Computadores para Educar.

El docente de Química, por ejemplo, se involucra para explicar que los residuos electrónicos tienen componentes peligrosos como el mercurio, presente en las pantallas de los equipos. Así mismo, el profesor de Contabilidad ayuda darle forma a la visión empresarial.

Asociaciones de la región, como Actuar, Promigas y Fundación Cerrejón capacitaron a más de 240 jóvenes de la institución maicaera con el fin de financiar las ideas de negocio en áreas como bisutería y decoración de mantas.

LOS PRODUCTOS

El docente Henry Herrera explica que con la bisutería buscaban explorar la parte de emprendimiento. 'Con los accesorios como relojes, manillas y vinchas es con lo que nos damos a conocer en los eventos nacionales y regionales a los que hemos asistido', menciona.

Además de la bisutería, Herrera, junto a sus estudiantes, fabrica mobiliarios y artículos para el hogar, entre los que se encuentran relojes de pared, archivadores y cajas de herramientas, que son usadas dentro de la institución.

El primer computador

El profesor cesarense cuenta que el primer computador que recicló para construir las primeras piezas salió del mismo colegio. 'Era uno de esos viejitos que era blanco, con pantalla gruesa y estaba totalmente obsoleto', recuerda.

Revela que luego fueron consiguiendo equipos en desuso de otros colegios y de los hogares de los mismos estudiantes. 'Cuando la comunidad se enteró del proyecto, nos regaló partes de aparatos que ya no utilizaban', cuenta.

Según Herrera, el desarrollo del proyecto se inició con los alumnos del grado noveno, y la percepción de algunos fue positiva por la parte de la creatividad, pero en otros, sin embargo, fue negativa, porque pensaban que eran elementos que no servían para nada. 'Nosotros empezamos a hacer una investigación sobre los efectos que causan los residuos electrónicos en otros países, ahí fue cuando los muchachos empezaron a tomar conciencia de la situación y se interesaron en realizar artículos con partes de computadores', dice.

La respuesta de la gente

Herrera cuenta que lo primero que le preguntan las personas que ven los artículos es que si no tienen algún peligro para la salud y por esto son pocos los nativos que adquieren estas piezas. Sin embargo, el docente asegura que los extranjeros que viajan a La Guajira son los que más compran sus productos. 'Eso pasa porque ellos tienen una manera diferente de ver las cosas'.