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El cambio climático es, para Brigitte Baptiste, una nueva realidad que enfrenta el planeta, unas nuevas condiciones que el mundo de la ciencia aborda con mucha incertidumbre, pero que definitivamente va a 'mover las estructuras del mundo que ha configurado la humanidad hasta ahora'.

Para ella, el calentamiento global dispara una serie de riesgos, y estos son el tema de la conferencia que trae Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, al ciclo de Arte y medio ambiente que continúa hoy en el Museo de Arte Moderno de Barranquilla.

Previo a su intervención en la ciudad, la investigadora conversó con EL HERALDO sobre cuáles son las perspectivas del Caribe en el contexto del cambio climático y cómo los temas ambientales se relacionan con el arte.

¿Colombia tiene riesgos particulares frente al cambio climático?

Sí. Colombia, en su diversidad de ecosistemas, tiene unos que son muy susceptibles a los eventos extremos de sequía y otros a los de lluvia e inundación. Lo que se necesita es tener claridad en cada una de las regiones sobre cuáles son los riesgos, porque con el calentamiento global va a incrementar la problemática. El Ideam ya predijo unos escenarios regionales con pronósticos en el cambio de la temperatura y la pluviosidad. La pregunta es ¿cómo esos cambios van a afectar la agricultura, la fauna silvestre y las distintas actividades productivas? En el Instituto Humboldt está comenzando –a partir del estudio que hicimos con el Fondo de Adaptación– a evaluar cuáles son las regiones que tienen más riesgos, es decir, ya se sabe cuales son las zonas más secas, más húmedas y más degradadas, y cuáles serían las medidas urgentes que hay que tomar.

¿Cómo está la Región Caribe en ese panorama?

Me atrevería a decir que el Caribe es la región con peores perspectivas en Colombia. El deterioro de bosques secos, humedales y ecosistemas acuáticos ha sido casi completo. Diría que el Caribe es la región que necesita mayor intervención desde el punto de vista de la gestión ambiental, dado que es la zona que más riesgos enfrenta en los próximos 25 años.

¿Cuáles situaciones del panorama actual podrían empeorar?

Nada más con la transición Niño-Niña que vamos a vivir entre este año y el próximo, el Caribe va a volver a experimentar el paso de una época extremadamente seca a una de inundaciones tremenda, que va a ser probablemente en 2017. Cada vez que hay un evento de estos, los ecosistemas se deterioran y no están listos para el siguiente, entonces estamos en una espiral de degradación aguda que implica pérdidas en las cosechas, producción de alimentos, destrucción de infraestructura, y no alcanzamos a recuperarnos cuando ya otra vez tenemos una temporada de desastre. La única forma de enfrentar esto es por medio de la reforestación, la restauración del ordenamiento territorial y la innovación.

¿Cuáles son las posibilidades de restauración ecológica?

Diría que son buenas, porque hay mucho más conocimiento acerca del funcionamiento del bosque seco, cuáles son los arreglos ecológicos que hay que efectuar; pero tenemos problema con el hecho de que no tenemos semillas suficientes, problemas de acceso a la tierra para que la gente contribuya con la restauración en sus predios. Hay barreras jurídicas, técnicas y financieras para hacer un gran programa de restauración en la Costa Caribe.

Por otra parte, tenemos poco conocimiento acerca de los ecosistemas acuáticos, sobre el manejo de las ciénagas, canales y manglares. Nos falta crear nuevas tecnologías más efectivas. Tampoco sabemos cómo acelerar esos procesos de reparación que se necesitan con urgencia. Por otro lado, algo positivo es que en un país en posconflicto tenemos la oportunidad de invertir recursos que antes se utilizaban para la guerra en la reconstrucción del campo, en una nueva política agropecuaria con criterios de sostenibilidad y aprovechamiento de la biodiversidad, además de que todo esto abre una posibilidad de generación de empleos, de emprendimiento para desarrollar lo que el plan de gobierno llama Economía Verde.

El escenario para discutir estos temas es el Museo de Arte Moderno ¿En qué punto cree que se relaciona el arte con el medio ambiente?

En el punto de la necesidad de innovación. Tenemos que inspirarnos para inventar nuevas maneras de hacer las cosas, nuevas formas de convivir con la biodiversidad, que está muy deteriorada. A través del arte tenemos más sensibilidad, otra capacidad de interpretar los fenómenos naturales y la manera de lidiar con ellos. Ese elemento va a ser fundamental para idearnos las nuevas formas de vida que se requieren en el cambio climático que se nos viene.