Las zonas verdes de Barranquilla se convirtieron ayer en espacios ideales para leer y disfrutar de varias expresiones artísticas en la celebración del Día del libro. Actividades como Vive el parque y el Camping literario fueron las encargadas de organizar la fiesta cultural en la ciudad.
Junto al río, en la Intendencia fluvial, la jornada de Vive el parque inició a las 2:30 de la tarde. Los tambores y figuras tradicionales del Carnaval de Barranquilla empezaron a llegar al mismo punto, donde la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo organizó estaciones de pintura, baile, juegos y una carpa con esteras extendidas para que los niños llegaran a leer cuentos de Rafael Pombo, entre otros autores.
Isaías Reyes, de 7 años, fue uno de los niños que se animó a dejarse llevar por los dibujos y las narraciones de los libros. 'Me gustan las historias de animales que tengan muchos muñequitos', comentó mientras abría el libro de cuentos titulado Elmer y el osito perdido.
En otro quiosco, un grupo de niños aprendía a ‘leer’ la importancia cultural de instrumentos como la tambora, el llamador y el alegre. La música y los cantos preparaban otro espacio para bailar y dialogar con los integrantes del grupo Paloteo mixto Bolivariano, el Congo Espejo de Carrizal, entre otros representantes de la fiesta que compartieron con los niños.

‘Camping’ literario. Paralelo a la actividad que se desarrollaba en la Intendencia fluvial, en el Parque Sagrado Corazón se vivió la quinta edición del Camping literario, una iniciativa de la Fundación La sombra del matarratón, que reunió a clubes de lectura, estudiantes de la Universidad Autónoma del Caribe, entre otros voluntarios para promocionar la lectura en esta zona verde de la ciudad.
Globos, carpas, mantas de cuadros y muchos libros llenaron de colores los espacios del parque donde se destacaron mensajes de paz, tolerancia y respeto. 'En el camping literario buscamos dinamizar en el parque los procesos culturales y promover un espacio de paz', expresó Alfredo González, organizador.