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Los artistas suelen evocar lo que los ha marcado, lo que los define, al menos en diferentes momentos de la vida. El insumo de Diego el Cigala es el dolor. Señala el español a su anatomía flamenca, a su alma gitana, como responsable de que así sea.

Le pone ritmo al lamento entonando poesías tristes, y así reivindica ese sentimiento del que muchos rehúyen. Lo puede hacer el español porque es capaz de hallar lo bello en lo doloroso, y así lo cantará este jueves, durante su presentación en el Salón Jumbo del Country Club, a partir de las 8 p.m.

Los tangos y flamencos de El Cigala le darán cabida a nuevos temas en su repertorio, adaptaciones de temas de artistas que admira, como Nino Bravo y Francisco Céspedes.

¿Ha sido elección personal elegir el dolor para cantarlo o su vida ha estado marcada por hechos que lo han impulsado a interpretarlo?

El flamenco vive del dolor, y no fue una elección, me viene en la sangre. El dolor del pueblo gitano y el dolor que ha llegado a mi vida. Todos sufrimos en esta vida y esta es mi manera de expresarlo.

¿Qué ritmo colombiano le parece el más ‘doloroso’?

Diría que el joropo, aunque me gustaría indagar más en vuestros ritmos para darte una respuesta más acertada.

Las lágrimas son un elemento que se suele asociar al dolor, y con ellas titula su álbum junto a Bebo Valdés...

Era el título de una de las canciones y representaba bien el sonido del disco, las letras de las canciones y la emoción que transmitía. Pero no todo es dolor. También hay ritmo y un punto de mirar con buena cara al dolor que nos llega.

Usted no canceló el concierto que tenía el día de la muerte de su esposa. ¿El desasosiego lo ayuda a cantar? ¿En qué piensa al interpretar sus temas?

No pienso, o intento no pensar. Es una actividad muy espontánea, solo siento. Siento a la gente que no está conmigo, a los artistas que me inspiran, pero no hay un pensamiento consciente. No solo el desasosiego, cualquier sentimiento me ayuda a cantar.

¿Cómo sobrelleva la viudez?, ¿componiendo, tal vez…?

Aún no me ha dado por componer. Soy un intérprete, no compongo las canciones que canto. Y sobrevivo con el apoyo de mis hijos y mi trabajo.

¿Cuál ha sido su mayor aporte a los ritmos latinos siendo un cantante de flamenco?

Dejo para otros juzgar mi aportación, yo llevo a cabo mis proyectos con mucha humildad y porque lo siento natural. Espero que al menos aporte a la gente que lo escuche.

¿De qué o quién se nutre para crear?

Sobre todo escucho música, de todo tipo, Djavan, Mozart, Salif Keita, María Callas. Lo se me pone por delante.

Desde hace años está interesado en la salsa. ¿Qué despertó su inquietud por el género?

Mis viajes por América me han ido enseñando poco a poco sus músicas. Y he ido encontrando puntos en común entre la salsa y el flamenco. Mi próximo disco que grabaré en breve entre Colombia, Puerto Rico, Cuba y Estados Unidos será un homenaje al movimiento de la salsa de los años 70 y 80. 

¿Qué recuerdos tiene de sus presentaciones pasadas en Barranquilla?

Colombia, y en especial Barranquilla, es uno de los países donde más a gusto estoy cuando voy a trabajar. De ahí mi decisión de grabar allí parte de mi nuevo disco. El público me entiende y hay mucha conexión en los directos. Espero que podamos repetir las buenas experiencias del pasado.

¿Qué podrá escuchar el público este jueves?

Mucho sentimiento, una voz y un piano, sin artificios ni revestimientos. Pureza y emoción. Un repertorio con mis boleros favoritos y nuevo repertorio, como Te quiero, te quiero, de Nino Bravo, o La vida loca, de Pancho Céspedes.

Una pregunta como madridista: ¿qué opina de James Rodríguez?

Excelente jugador, un honor tenerle en el Madrid.