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En las últimas décadas, la lucha por los derechos de las mujeres y los niños se ha extendido a la mayoría de las comunidades alrededor del mundo. La judía, por su parte, ha tratado de convertirse en una de las grandes activistas de la época.

El lunes, a eso de las 4:30 p.m., llegó al Club Hebreo de Barranquilla, ubicado en la carrera 43 No. 85-95, Robyn Leen, la presidenta del Consejo Internacional de Mujeres Judías, con el fin de presentar a la sociedad judía que habita en la ciudad la importancia de dicha organización en el mundo, así como la labor que ha venido realizando por más de 100 años.

Leen explicó que el Consejo fue creado en el año 1912 por las mujeres judías adineradas de Europa, quienes estaban preocupadas por la 'ola' de violencia, discriminación y trata de blanca que aquejaba a las jóvenes de su comunidad localizadas en la parte oriental del Viejo Continente.

'Ahora podemos ver la irónica conexión entre los objetivos iniciales del Consejo y nuestra lucha actual contra el tráfico humano en todas sus formas', agregó la australiana.

Así mismo, expuso que aunque las primeras fundadoras del consejo, el cual estaba integrado por 19 organizaciones en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, vivieron tiempos difíciles con el antisemitismo –hostilidad hacia los judíos basada en una combinación de prejuicios de tipo religioso, racial, cultural y étnico–, ellas lograron sacarlo adelante.

Hoy en día, de acuerdo con Leen, '36 organizaciones de mujeres judías de diferentes países están afiliadas a nosotros'. Dichas entidades se encargan de velar por los derechos de las mujeres, niños y ancianos de todo el mundo, sin distinción de religión, raza e ideales políticos.

Una de ellas, y la única en Colombia que hace parte del Consejo, es la Fundación Amigos de la Comunidad Golda Meir, de Barranquilla, la cual auspicia al Colegio Golda Meir desde 1978, al que asisten menores de bajos recursos, no solo para recibir educación preescolar, primaria y secundario, sino también alimentación.