Si los árboles y demás plantas son el pulmón del mundo, 'los océanos son el corazón de nuestro planeta'. Así los describe en su comunicado oficial la Organización de las Naciones Unidas, la cual el 5 de diciembre de 2008 designó el 8 de junio como el Día Mundial de los Océanos, con el fin de recordar 'el papel que estos juegan en nuestras vidas, informar las consecuencias que la actividad humana sobre ellos y movilizar a la población mundial en torno a la gestión sostenible de los océanos'.
El tema para este 2016 es ‘Océanos sanos, planeta sano’, bajo la justificación de que para garantizar la salud de todas las comunidades y futuras generaciones es imprescindible cuidar de los océanos, el gran aparato circulatorio de la Tierra que, según la ONU, 'regula el clima, alimenta a millones de personas, produce oxígeno. Son el hábitat de una gran variedad de seres vivos y nos proporcionan medicinas y muchos más recursos'.
Este año, la lucha está especialmente enfocada en la detención de la contaminación por los plásticos, una amenaza grave que se degrada lentamente y contamina los cuerpos de agua durante mucho tiempo, perjudicando así 'la salud de los animales marinos, incluido el zooplancton, pues confunden las micro partículas con alimento. Los científicos temen incluso que tenga efectos dañinos en la salud humana', asegura la organización internacional.
Situación en Colombia. De acuerdo con Lili Rodríguez, asesora de la sección Temas de Contaminación de la Comisión Colombiana de Océanos (CCO), no se tienen datos específicamente consolidados de qué tan contaminadas se encuentran las zonas de los océanos Pacífico y Atlántico que colindan con el país; sin embargo, sí se sabe que en el Caribe gran parte de los factores contaminantes se encuentran asociados a los grandes centros como Cartagena, Santa Marta y Barranquilla, 'que, en su condición de ciudades grandes, manejan el tema de sus residuos inadecuadamente, ya que los vertimientos están llegando a los ríos y al mar afectadando las zonas'. Mientras que en el Pacífico, los dos puntos principales son Tumaco y Buenaventura, cuyo problema 'está más asociado con la infraestructura disponible para poder tratar las aguas residuales y el manejo adecuado'.
Rodríguez asegura que aunque en el país se ha avanzado en la infraestructura de las plantas de tratamiento para poder disminuir la carga contaminante que entra al mar por medio de las zonas costeras, existen otras fuentes de contaminación como las descargas de aguas de lastre que hacen los buques que vienen de otras ciudades o países. 'Aguas que, tomadas desde el punto de partida, son empleadas en la navegación marítima para dar estabilidad a los barcos, para luego ser vertidas en nuestras aguas', lo cual es perjudicial pues no solo traen consigo los residuos del buque, sino también otros microorganismos que pueden generar 'problemas con la biodiversidad de especies invasoras que deterioran nuestros recursos naturales', afirma.
Según la representante de la CCO, actualmente Colombia está trabajando en medidas desde dos sentidos: Los planes de vertimientos municipales (PVM), un esquema de inversión en infraestructura para canalizar las aguas residuales e industriales y tratarlas; y el tratamiento de residuos sólidos. 'En términos generales, todas las ciudades y municipios costeros del país, deben tener PGIRS (Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos), con el cual se plantea la manera de tratar dichos vertimientos y la forma para reducirlos'.
Así como en el resto del mundo, en Colombia los residuos sólidos como el plástico (bolsas, pitillos e icopor) están afectando en proporciones mayúsculas los océanos, y no solo desde las zonas costeras. 'Muchas veces pensamos que las ciudades del interior no generan mayor impacto, pero mucho de lo que se tira en la calle cae en los alcantarillados, que luego llega a las plantas de tratamiento siguiendo de largo hasta llegar al río Magdalena o Cauca, hasta su desembocadura'.
Durante esa travesía muchas especies marinas quedan atrapadas en los vertimientos o ingieren los pequeños trozos de plástico que se fueron desintegrando.
Es por eso que Rodríguez aconseja dejar de lado el uso de estos materiales, o al menos 'dejar de botarlos en cualquier lugar y guardarlos hasta que podamos depositarlos en una caneca de basura'.
Un vistazo a nuestros océanos desde la tecnología
El Gobierno nacional, desde el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), destaca el uso de dos aplicaciones que ayudan a los usuarios a valorar y preservar el patrimonio y biodiversidad de los ecosistemas marinos colombianos conformados –como pocos países en el mundo– por dos océanos.
En este sentido, Seak y Boyax, desarrollados en el programa Apps.co, del MinTIC, se han convertido en la nueva apuesta que el estado busca impulsar, de acuerdo con el ministerio, con el fin de 'de proporcionar a los colombianos información de calidad sobre las especies de fauna y flora, ecosistemas marinos, rutas de navegación y sitios turísticos del país vinculados a nuestros océanos Atlántico y Pacífico'.
SEAK. Es una plataforma creada por Diego Ávila, un biólogo marino oriundo de Santa Marta, que permite a los usuarios conocer la vida marina desde smartphones y computadores sin tener que bucear ni desplazarse hasta la playa. Fue diseñada como espacio para que buzos, turistas, estudiantes, y fotógrafos submarinos publiquen sus imágenes capturadas en el fondo del mar. Se encuentra disponible para IOS y Android.
BOYAX. Fue creada por el administrador de empresas con énfasis en turismo Amín Díaz, y sirve para hacer recorridos marinos con ayuda de un instrumento GPS que, de acuerdo a la configuración que le de cada usuario, permite guardar rutas predeterminadas o frecuentes para que navegantes, pescadores y científicos regresen fácilmente a sus destinos.
La plataforma además muestra sitios de interés turístico, lugares de buceo, pesca y conservación marina. Disponible para IOS.