Si Clarena Acosta estuviera viva, se sentiría orgullosa de sus hijos. Así piensa Laura, la mayor de los hermanos Viñas Acosta. 'Estaría feliz por todo lo que hemos hecho, porque somos las personas que hubiese querido como hijos', expresa con naturalidad sobre su madre, la creadora de la marca Laura V.
Y cómo no. Ante todo pronóstico, Laura, Samuel y Felipe sacaron adelante la marca Laura V, la misma que hace ropa, accesorios y calzado para niñas; una empresa sólida que cuenta con una planta de trabajo de 200 empleados directos y 1.000 indirectos. Por eso, su historia no es como la de cualquier adolescente. Ellos sí que vivieron una etapa difícil, de la que hoy día manifiestan sentirse tranquilos y listos para asumir nuevos retos.
Laura es la 'patrona' de la familia. Tenía 20 años cuando su madre murió –mientras estudiaba Diseño de Modas, en Londres–, una etapa en que le tocó asumir las riendas de la empresa.'En ese momento éramos pelaos, ver la magnitud en la que estábamos y, al mismo tiempo, ver que la gente espera más de uno es muy negativo. Es difícil', comenta Laura, entre varias pausas. 'La gente te dice que la marca va a desaparecer, pero ese no fue nuestro caso; nosotros lo que hicimos fue reinventarnos', añade la actual diseñadora de la empresa, con plena convicción y seguridad.
Quizás por eso la marca lleva su nombre. Su tenacidad y persistencia, en su momento, mantuvieron y mantienen el negocio a flote. Valores que, de hecho, están intrínsecos no solo en ella, sino también en sus dos hermanos. 'Tuve miedo, pero es algo que siempre va a existir. La idea es borrarlo y tener confianza en uno mismo. La gente te puede decir cualquier cosa, pero el problema no es llegar a la cima, sino mantenerse', dice hoy, a sus 26 años.
En este punto, Laura confiesa que Samuel, el segundo de sus hermanos, fue un gran soporte para ella. 'Él siempre me dio seguridad, me dijo: tú puedes, tú vas a sacar esto adelante, tú eres la diseñadora, ¡pilas, pilas! En ese momento fue como ponerme la camiseta, algo que agradezco infinitamente, pues él me dio el valor y el empujón que necesitaba', recuerda Laura.
La familia de empresarios de confección textil fue un gran apoyo para ellos. De hecho, siempre estuvieron allí ante cualquier duda que se presentara. Delegar el trabajo de la empresa a otra persona fue una idea que nunca contemplaron. 'Jamás pasó por nuestra mente dejarle el proyecto Laura V a otro. Nosotros queremos la marca, pues desde chiquitos hemos crecido con ella'.
Laura cuenta que la relación de los tres hijos con su padre, Samuel Viñas, hoy día está 'bien'. '´Él nos ha ayudado bastante porque hay muchas cosas que nosotros fuimos aprendiendo sobre la marcha, y ante cualquier pregunta que tengamos se la hacemos', agrega.
Felipe Viñas, el visionario. Sus hermanos lo califican como una persona organizada que sabe lo que quiere, 'es el menor, pero es el más viejo en pensamiento', opina Laura. Por su parte, él mismo se considera una persona muy racional. Es estudiante de cuarto semestre de Administración de Empresas. Tiene 18 años y un par de negocios adicionales.
Para él, no hay nada mejor que trabajar con sus hermanos. 'Son personas en las que confío ciegamente porque sé que harán las cosas con amor. Sé que cualquier cosa la vamos a hacer bien porque así lo queremos', cuenta Pipe. Él colabora con la empresa en la elaboración de estrategias y planes de presupuesto, entre otras funciones.
En dos o tres años le gustaría ver a Laura V como 'una empresa visualizada en el plano internacional', adaptada al mundo globalizado para el que ya trabajan de manera responsable, como expresa él mismo con solvencia.
Samuel David, el positivo. El segundo de los tres hermanos tiene 24 años y ha estado ligado a oficios de la tienda desde que tenía siete. 'Desde que gradué del colegio trabajé en la empresa, por tanto, lo que sé es por trabajo', expresa Sammy, como le llaman sus hermanos de cariño.
Es el gerente comercial, está pendiente de los despachos, presupuestos, distribuciones correctas y nuevas sedes. Él tiene claro que para el éxito del negocio 'hay que conocer al cliente y saber lo que quiere'.
Este hombre dice sentirse gustoso con su labor, ya que es algo que le 'apasiona bastante'. 'Amo la empresa muchísimo, la siento como parte de mí', expresa Sammy acerca de la marca que sacó a su familia adelante, el negocio que lo vio crecer. Hoy, agrega, el proyecto es llegar a otros países.