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Hacer cine independiente en un mundo donde las temáticas comerciales hechas por la industria hollywoodense son las que venden, nunca ha sido fácil, especialmente si el país donde se trata de filmar una película es extremadamente conservador, ha sido dirigido por una dictadura y se ejercen ciertas restricciones en cuanto a las muestras de arte.

Es por eso que largometrajes como los realizados por Abbas Kiarostami, un abanderado internacional del cine iraní y cuyo fallecimiento, el pasado lunes, provocó en su país de origen numerosas muestras de dolor, son considerados por muchos como actos revolucionarios. Salir de su país de origen se convierte en la única manera de hacer cine sin censura.

Así lo confirma Homer Etminani, un cineasta iraní radicado en Barranquilla desde finales de 2012, quien desde muy joven se tuvo que exiliar en Europa a causa de la guerra. El realizador asegura que en cualquier país donde hay una dictadura, como en el caso de Irán –que es teocrática–, es muy difícil hacer cine con una mirada propia y crítica, pues se arriesgan a ser castigados con la cárcel, latigazos y multas.

'El arte y por ende los cineastas son los más damnificados. El caso más reciente y famoso es el del realizador Jafar Panahi, que está bajo arresto domiciliario y sin poder salir del país', manifiesta el también director del programa de Artes Plásticas de Uniatlántico.

Así mismo, Etminani, quien es autor de las obras cinematográficas Inmortal (2016) y Nation (2011) que se estrenó en Competencia Oficial del IDFA, uno de los festivales de cine documental más importantes del mundo, explica que el cine que se hace en el país asiático es patrocinado y controlado por el régimen, lo cual justifica que 'el verdadero cine iraní se hace fuera de Irán, a través de artistas como Kiarostami. Un cine de lo real, con una gran carga filosófica, contemplativa y metacinematográfica, todo ello seguramente enraizado en la milenaria cultura persa, antes de ser invadida por el Islam'.

Para el cineasta, Kiarostami desarrolló a lo largo de su extensa trayectoria un estilo propio que lo ayudó a exaltar el cine iraní y lo llevó a ser considerado como un maestro del séptimo arte. 'Lo cierto es que todas sus películas son verdaderas obras cinematográficas. Él ha fallecido pero su obra perdurará por siempre', afirma el iraní.

Además, entre las películas más importantes de Abbas Kiarostami, el experto en cine resalta El Sabor de las Cerezas (1997), 'quizás la más famosa', así como Dónde está la casa de mi amigo (1987), Y la vida continúa (1992) A través de los olivos (1994), Like someone in love (como alguien enamorado, de 2012), 'y por su puesto Nemaye Nazdik, la cual se puede considerar como fundacional de toda una nueva generación que se cuestiona la realidad y, en lo cinematográfico, la frontera entre la ficción y el documental'.

Por último, Etminani exalta la labor de otros realizadores iraníes como Mohsen Makhmalbaf, Majid Majidi y Jafar Panahi.

Otros cineastas

Abbas Kiarostami: Fue un cineasta y fotógrafo iraní, considerado uno de los más influyentes controversiales de Irán.

Majid Majidi: Director, productor y guionista de cine iraní conocido por filmes como ‘El Color del Paraíso’ (1999) y ‘Baran’ (2001).

Jafar Panahi: Director de cine, uno de los más influyentes de la llamada nueva ola iraní. Ha recibido grandes elogios de críticos de todo el mundo.