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Hace exactamente 31 años, una causa humanitaria dio inicio a lo que sería el Día Mundial del Rock. Una Etiopía muriendo de hambre y de sed hizo que en 1985, el músico irlandés Bob Geldof organizara el primer festival Live AID, un concierto que recaudó más de 100 millones de dólares destinados a sanear la situación del país africano.

Además, logró ser realizado de manera simultánea en Londres, Inglaterra y Filadelfia, Estados Unidos, contando con la participación de estrellas del género comoThe Who, Led Zeppelin, Queen, Status Quo, U2, Paul McCartney, Phil Collins y Eric Clapton, lo que no sólo fortaleció esa música dentro de los países de habla inglesa, sino también lo extendió y reforzó alrededor del globo.

Colombia, y Barranquilla, no fueron ajenas a este movimiento. De hecho, al haber sido la capital del Atlántico la primera ciudad con puerto en el país, se convirtió en la puerta de entrada del ritmo alternativo a la antigua nación neogranadina.

Algunas de las principales bandas

Los de adentro: En 1995 participaron en el FestiRock del Caribe ganando el premio a Mejor Grupo de Rock. Algunos de sus éxitos son ‘Una canción’ y ‘Nubes negras’.

69 nombres: Se creó a finales de los años 90. La banda fue invitada, en el año 2000, a la edición de Rock al Parque, en Bogotá. Años más tarde sirvió de telonera en un concierto de Molotov en la capital colombiana.

Daccarett blues band: La banda de los 80, nació como un pasatiempo que más tarde fue cobrando fuerza hasta convertirse en la banda predilecta de ‘Papagallo’, bar más famoso de la ciudad por esos tiempos

K-dillo: Fue una banda ochentera. Uno de los temas principales fue ‘Luna caribeña’. Realizaron presentaciones con artistas como Franco de Vita, Shakira y Ekhymosis.

Así lo explica Omar Sánchez, guitarrista de la reconocida banda barranquillera León Bruno –una de las principales precursoras del género en la ciudad–, quien agrega que la evolución que ha tenido el género desde que su agrupación comenzó —a finales de los 90—, 'ha sido muy inquietante para las bandas nuevas y las que se han mantenido que no se han dejado permear por los géneros nuevos'. Una evolución que se vio interrumpida entre los años 2007 y 2012, debido al auge de fenómenos musicales más comerciales.

Sin embargo, el también vocalista de la banda Sicotrópico destaca el surgimiento de 'buenos grupos' como The Crankers, Del Absurdo y Los Monoplónicos. Un hecho que reafirma el compromiso que Sánchez y otros artistas del género han asumido con el fin de fomentar en las nuevas generaciones el gusto por el rock.

'Debemos incentivar a la juventud para que no abandonen el rock and roll. Aunque sea difícil no hacerlo en una ciudad como la nuestra que es folclórica y parrandera', afirma el músico.

A pesar de las dificultades que atraviesa esta corriente musical en la ciudad, este roquero se muestra 'positivo y contento' ante el movimiento que se está gestando en Barranquilla, pues según su percepción no solo están emergiendo nuevas bandas, sino que además se están creando nuevos espacios como el Indie Music Fest y el Miche Rock Fest para que estas compartan su música. 'Barranquilla va creciendo, yo auguro un fuerte movimiento roquero', señala el artista, quien dice ser prueba de que sí se puede vivir del rock.

'Yo vivo de esto. Llevo trabajando más de 20 años en este negocio a nivel nacional e internacional. El rock es mi estilo de vida', concluye.

Miradas diferentes. Para otros músicos del género la escena musical no pinta tan fácil ni positiva. De acuerdo con Johann Daccarett, integrante de Los de Adentro, 'en la ciudad hay muchas bandas nuevas que son buenas, pero no hay espacios suficientes para ellas'.

El músico manifiesta que a pesar de los esfuerzos que las agrupaciones emergentes hacen por buscar lugares para exponer su talento y recolectar seguidores, 'en Barranquilla las bandas no tienen muchas oportunidades de tocar y mostrar sus propuestas', asegura Daccarett.

Lo cual radica, según explica, 'en que Barranquilla ha sido tradicionalmente una ciudad de ritmos tropicales'. Sin embargo, esto no significa que sea imposible hacer rock en la ciudad, 'yo creo que cada vez hay más personas que se arriesgan a hacerlo y lo logran', afirma el pianista.

Por su parte, Alberto Palacios, guitarrista y fundador de Colectro, considera que un aspecto positivo de la nueva escena musical roquera de la ciudad es que ha habido un resurgimiento de viejas bandas y la aparición de muchas nuevas, las cuales se interesan por grabar producciones, 'algo que se había perdido; pero que ahora, la necesidad de tener un trabajo impreso, ha hecho que las bandas tengan más visibilidad'.

El artista reconoce que la evolución del rock en Barranquilla ha sido más lenta en comparación con otras ciudades como Bogotá, aunque destaca que actualmente se han desarrollado eventos como el Miche Rock Fest y el Rockódromo, 'los cuales son espacios que la ciudad necesitaba para que las bandas se dieran a conocer'.

Por otro lado, el músico reprueba el hecho de que se han ido perdiendo lugares donde las agrupaciones podían realizar presentaciones. 'Antes había bares como Dejavú, en los cuales las bandas hacían circuitos dentro de la misma ciudad. Ahora prácticamente solo está Bourbon y algunos otros', manifiesta. Por lo que, dice, es contraproducente para la escena porque los grupos tienen que esperar a que se realicen festivales y otros eventos para poder tocar.

Sin querer sonar pesimista, Palacios comenta que según su experiencia como músico no cree probable que se pueda vivir solo del rock en Barranquilla. 'La persona tiene que hacer muchas actividades alternas como tener un estudio de grabación, un ensayadero o ser productor. Pero solo tener una banda y hacer presentaciones, está muy difícil', asegura.

Por otro lado, para Adolfo Arteta, integrante de la agrupación The Jaars, la realidad del rock en la ciudad se muestra más amena pues piensa que en la actualidad 'la ciudad se ha volcado de nuevo a sus raíces, porque el rock siempre ha sido parte de la cultura barranquillera, así como lo ha sido la música tradicional'.

Esto se ve reflejado en la aparición de nuevas bandas que están incursionando en el mercado local y nacional. Además, no ve como un problema mayor que los espacios en la ciudad sean reducidos, pues los grupos 'también se han empoderado de la situación autogestionando eventos y lugares que les permitan compartir su música con el público barranquillero', dice el artista.

Según Arteta, es difícil hacer música, pero está convencido de que si la banda y el producto es bueno, sí se puede vivir del rock.

The Jaars

The Crankers

Del Absurdo