Dos golpes de ambas baquetas sobre el timbal, después de unas notas de piano y contrabajo, marcaban la entrada de la orquesta La Verdad. Un preámbulo instrumental de 26 segundos precedía la voz de Joe Arroyo, quien frente al micrófono y con su tumbao particular en una baldosa, entonaba las primeras frases de su declaración de amor a la ciudad que, aunque no lo parió, lo vio nacer desde la música.
Del Caribe aflora/ bella, encantadora / con mar y río/ una gran sociedad/, cantaba Joe el primer verso de En Barranquilla me quedo, cuando daba forma a los sonidos de la grabadora con los que imitaba las melodías de los instrumentos.
Aquel día, 25 de julio de 1988, el cantautor cartagenero grababa en Discos Fuentes, en Medellín, el que se convertiría en uno de sus grandes éxitos. Un día como mañana hace 28 años, recuerda Chelito De Castro al final de las dos horas de ensayo con su orquesta Joe All Stars, en un estudio del norte de la ciudad.
Horas antes de la grabación, con los 12 músicos que conformaban La Verdad, sentados bajo el cielo despejado en el patio de su residencia en Barranquilla –ubicada en la carrera 38 con calle 80B–, Joe y su arreglista, pianista y escudero, Chelito, armaban el mapa armónico de la canción que se gestaba desde noches anteriores.
'Me hizo un sonido para que tocara una introducción con el piano, que resultaron siendo las notas detrás del coro… Que lo sepa todo el mundo/que en Barranquilla me quedo', y así comenzó todo. Chelito cuenta la anécdota con la energía que aún conservaba, luego de la extenuante jornada de preparación previa al concierto que tuvo ayer en el Parque Sagrado Corazón, en homenaje a su amigo.
Joe siempre tenía claro cómo quería que se escucharan sus composiciones; grababa los sonidos de los instrumentos con su voz y el tarareo de las letras que escribía, lo que luego terminaba como una pista en un casete o un vinilo.
Era usualmente en las noches, en la cama nupcial que compartía con su exesposa Mary Luz Alonso –a quien le compuso la famosa canción Mary–, cuando despertaba la musa. Aquella casa del barrio Ciudad Jardín fue testigo de muchos de los temas del álbum Fuego en mi mente, que estalló las discotecas de la época con canciones como La noche, Las cajas y, por supuesto, En Barranquilla me quedo.
'En la casa hay una ventana alta en donde él se asomaba todas las noches usando un banquito, porque desde ahí se veía la periferia de Barranquilla. Así se inspiró para escribir la canción', relata Mary. Su mente es tan nítida como se lo dejan ser los recuerdos que conserva en físico: 600 piezas entre fotografías, vestuarios, objetos personales, premios y discografías, que rememoran parte de la vida de Joe, especialmente cuando todavía compartían hogar.
La colección la guardan con recelo Eykol y Nayalibe –las hijas que el artista tuvo con Mary– en una fundación que lleva su nombre, y que espera reunir recursos para convertirse en un museo. Mientras, el tesoro decora el salón principal de la Intendencia Fluvial, en una exposición que estará abierta al público hasta el 30 de julio.
Pero hay un recuerdo que se escapa de ese museo, el que días después desencadenó la idea que determinó esa canción con la que Joe sentenció –aunque ya todos lo sabían– que nunca partiría de Barranquilla, como lo hizo con su natal Cartagena.
El estribillo desconocido
La muerte fue el acontecimiento detonador; la que un jueves 21 de julio de 1988 se llevó al creador del merecumbé, Francisco ‘Pacho’ Galán.
En silencio caminaba Joe por las calles de Soledad junto a su entonces esposa, Mary Luz, y su arreglista y amigo, Chelito De Castro, dentro de la multitud que llevaba el ataúd hacia el cementerio municipal. Dos días después del sepelio, el lunes 25 de julio de 1988, comenzaban a sonar las primeras notas de En Barranquilla me quedo en los estudios de Discos Fuentes, en la Ciudad de la Eterna Primavera.
En ese momento de lucidez musical quedó plasmado el significado que el maestro Galán dejó dentro de Joe. En la grabación del tema, hizo una alegoría a la famosa canción Boquita Salá, de ‘Pacho’. Aunque las últimas producciones de En Barranquilla me quedo ya no cuentan con ella, en la original se alcanza a escuchar el estribillo 'Y el sabor de tu boca fresca/quiero llevar en mi memoria', durante el solo de piano de Chelito De Castro.
Mañana se cumplen 28 años de esa historia que se escondía detrás del homenaje musical que Joe le regaló a Barranquilla. Una parte crucial de esa certera canción con la que no se equivocó, ni de la seguridad de su éxito, ni del deseo que expresa. Así como lo cantó, Álvaro José Arroyo González pasó su último día terrenal en el lugar que 'significa / la esperanza de la vida…'; hace cinco años desde el fatídico 26 de julio de 2011 en el que falleció.
'Una vez veníamos de regreso por la vía a Magdalena, apenas pasamos Ciénaga se veía a lo lejos la sombra de Barranquilla en el horizonte, y Joe dijo: 'Ay, mi Barranquilla, yo sí te quiero'. Eso significaba para él', una rara nostalgia alegre, evoca Chelito; en esos tiempos en los que tocaba en su piano la mezcla especial de ritmos autóctonos llamada ‘Joesón’. La misma que la ‘traga’ de Joe, Barranquilla, sigue bailando para no dejarlo caer, con sus pasos arrebataos, de la ‘prisión’ del olvido.
Joe All Stars, el regreso del sabor de los 80
A través de la empatía musical comenzó la hermandad de Joe y Chelito De Castro. Una amistad de muchos altos y pocos bajos. Y los bajos eran 'las llegadas tarde de Joe a los ensayos o conciertos', que la psicorridigez de Chelito rara vez podía soportar. Nunca hubo insultos, ni malas palabras, ni una cara seria que los aplausos del público no borrarán, cuenta el pianista.
Pero el día en que Joe muere, Chelito se pone un vestido de luto musical que solo se quitó el año pasado, cuando empezaban los pinitos de su nueva orquesta: Joe All Stars. Discos Fuentes lo llamó para que participara en la producción de ‘Los 12 cañonazos’ edición 2015, que se lanzó el 8 de diciembre del año pasado. Desde ese día el teléfono no dejó de sonar, los contratos de toques coparon su agenda.
'Hace tiempo no tocaba esa música. Y volver a teclear todas esas canciones que compuse e interpreté en tantas tarimas con Joe produjo una catarsis en mí. Me reencontré con ese pasado que era mío y que hace rato no sentía'. Chelito explica así la decisión de conformar nuevamente una orquesta.
Reunió a excompañeros de La Verdad y a otros músicos que acompañaron a Joe en algún momento de su carrera, como Níber Velásquez, Victor ‘Guachi’ Meléndez –el corista de siempre del cantante–, Felipe Charris, Iván Sierra y Diego Thorné.
Y también al talento joven, como el de Junior Aragón, de 19 años, recordado porque en las honras fúnebres de Joe cantó con un timbre de voz parecido al del artista. Así llegaron 14 músicos a conformar la orquesta, que se presentó ayer por primera vez en un concierto a cielo abierto en el parque Sagrado Corazón.
Para este domingo está programada una presentación en La Troja, y el cronograma continúa con ‘shows’ en Díscolo, Trucupey, Medellín, Sincelejo y Bogotá. 'Cuando uno interpreta la música de Joe, siente su presencia, y es una manera de recordarlo. Joe All Stars lo hará así, sin grabar canciones inéditas, solo recordando el pasado', concluye Chelito con su último aliento, al terminar el ensayo.