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'El Charlie Chaplin de la moda'. Así llamó Karl Lagerfeld –diseñador de la firma Chanel- a Cara Delevingne, la ex angelita de Victoria’s Secret. Aunque la joven de 23 años no se considera modelo, ha desfilado en las pasarelas de grandes casas de moda como Moschino, Jason Wu, Óscar de la Renta, Burberry, Dolce & Gabbana, Fendi, Stella McCartney. Sexy, glamurosa, triste, elegante y real. Esa es la Cara que ella prefiere mostrar, y lo hizo para la edición de septiembre de la revista Esquire, donde su cuerpo desnudo resalta en la portada.

Su belleza resulta despampanante en la industria de la moda, por eso se convirtió en una de las modelos más cotizadas de Estados Unidos. Pero exactamente bella no se considera. O por lo menos eso siente en el depredador sector que la hizo famosa ante los ojos del mundo. 'En la industria de la moda no se trata de ser uno mismo. Usted siente que no importa como persona. Uno siente como si solo se trata de su aspecto', confiesa Delevingne.

'Modelar no es algo que ame. Nunca fue una pasión', agrega. Según Forbes, el año pasado Cara fue la segundo modelo con mayores ingresos en el mundo, con 9 millones de dólares; solo superada por la brasilera Gisele Bündchen. Pero la vida, a diferencia de lo que pueden pensar muchos- no le sonrió siempre a Cara.

Nació en el oeste de Londres, se crió en Wandsworth, y desde los 16 años se somete a tratamientos contra la depresión, causada por los conflictos internos de su familia, sobre todo por el de su madre, una entonces adicta a la heroína. 'Fui suicida. No podía lidiar más con eso. Me di cuenta que era afortunada y privilegiada era, pero todo lo que quería era morir. Me sentía tan culpable por eso y me odiaba por eso', dice Cara en la revista.

Cara debió dejar el colegio durante seis meses, pero se negó a ser hospitalizada para ser medicada. 'Hasta los 18 era insensible. No sentía una mierda. Era horrible. Era como una sociópata', dice, y asegura odiar los medicamentos, reconoce que tanto a ella como a su madre le salvaron la vida. 'Es fácil abusar de ellas', advierte.

En esa época se negó a ser hospitalizada y a los 18 años dejó de consumir pastillas. A esa misma edad perdió la virginidad, después de 2 años sin apetito sexual. Para ella –cuenta- fue un resurgir de sus sentimientos, que la depresión los había escondido en la insensibilidad de una vida sin mayor sentido.

Además, la entrevista tuvo espacio para tocar el tema del amor. La británica mantiene una relación estable con Annie Clark, la cantante de 32 años más conocida como St. Vincent, desde abril de 2015. 'Cuando uno encuentra un amor verdadero, mira hacia atrás a ver las otras relaciones que ha tenido y dice como, 'Oh, eso era un poco destructivo', expresa.