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El sentir de un buen fandango no se puede describir solo con las notas melodiosas que van entrando una a una en la piel de un sabanero, estas deben salir transformada en baile, un baile que va desde los movimientos de los hombros hasta el incesante vaivén de los pies.

El Encuentro Nacional de Bandas en su edición XXXI inició con la presentación de 12 bandas participantes en homenaje al maestro Ramón Darío Benítez Benítez y por ende un tributo al fandango.

El mejor tributo se lo hicieron las 34 comparsas, divididas en modalidades, de tradicionales y fantasías que recorrieron las principales calles de Sincelejo animadas por las bandas que horas después se disputarían el primer puesto en la legendaria Plaza de Majagual.

Cada vez son más las agrupaciones de bailes que se vinculan a este evento que a su vez le rinde homenaje a la más grande bailadora de fandango de Sincelejo, Pola Becté, quien más de la mitad de su vida la dedicó a hacer arte a través de los movimientos de su cuerpo.

Así como ha ido evolucionando la música de bandas, también el baile, no deja de un lado los pasos tradiciones, siguen vivos, pero le imprimen la modernidad, coreografías y vestuarios más llamativos.