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Queda claro que la cuentería está dedicada a la infancia, a los niños que la viven y a los adultos que quieran revivirla. Porque las historias abren un mundo hacia la imaginación y regresan a la memoria los ‘cuentos de los abuelos’. Eso demostraron ayer Juan Madrigal (Costa Rica) y Romer Peña (Venezuela) en su visita a EL HERALDO.

Ellos son parte de la nómina de invitados que trajo la décimo novena edición del Festival Internacional de Cuentos El Caribe Cuenta, organizado por la Fundación Luneta 50. Y que hasta el próximo sábado 3 de septiembre le dará vida a la palabra, en una serie de actividades en distintos municipios del Atlántico.

En medio de su apretada agenda, Madrigal y Peña se tomaron unos minutos para contar –además de un microcuento– cómo la narración oral se convirtió en su filosofía de vida, y lo que significa como expresión artística.

Una canción y un cuento. Con guitarra en mano Juan Madrigal trajo desde las también caribeñas tierras costarricenses una vaca llamada Muu, 'porque era lo único que decía'.

Así comienza un cuento, como muchos, con el que el cuentero –dice– pretende devolver el tiempo para que su público regrese a sus años más jóvenes. 'Me dedico a contar historias para niños. Los que tenemos hijos saben que contarles un cuento nos une a ellos', expresa.

Madrigal lleva 32 años dedicado a este arte y otros más, pero siempre con los pequeños como público. Además de cuentero es poeta, actor, escritor, director y productor.

'Yo creo que la carrera no se hace un día, la decisión llega poco a poco. Uno se va metiendo en el arte hasta que se da cuenta que todo gira en torno a los cuentos. Eso me pasó', señala el licenciado en Artes Escénicas de la Universidad Nacional de Costa Rica. Tiene tres discos grabados de cuentos infantiles, dos libros editados, uno de poesía y otro de poesía erótica con humor.

Y si Madrigal representa la voz de la experiencia, Romer Peña es el reflejo de los ánimos juveniles. Sus crespos casi hasta su cadera y sus camisetas tropicales son un sello con el que juega en escena. 'Vengo de Barquisimeto, Venezuela, soy cuentacuentos y actor de teatro'. Así se resume.

Siempre fue el 'niño problema del curso'. Su hiperactividad lo sacó de las clases y lo llevó directo al escenario, donde comenzó sus pinitos en el arte en el teatro escolar. 'El arte siempre fue mi medio de canalización de la energía; y se convirtió en mi estilo de vida', manifiesta Peña.

Sus historias, desde entonces, están dirigidas a todos aquellos que tienen la capacidad de imaginar, tarea más fácil para niños. 'Para mí es fundamental revivir ese niño interior que a veces se duerme en la vida de la adultez. En mi propuesta el juego es la principal herramienta. Y con los cuentos cuento mi realidad', afirma.

Estas historias de fantasías de Madrigal y Peña son una parte de los muchos cuentos que cubrirán de palabras esta semana a Barranquilla. La agenda ya comenzó y el arte de apoderó de la calle.