No es nuevo escuchar que los estereotipos de belleza han cambiado. Desde hace un tiempo en los comerciales de televisión y las campañas publicitarias ya no reinan las mujeres 90-60-90. Ahora, en estos espacios y, más aún, en las pasarelas del mundo, se pueden observar modelos con enfermedades raras, de talla grande, edad madura, muy jóvenes, de distintos colores de piel y con condiciones físicas de todo tipo.
El ejemplo más reciente se presentó este jueves en la primera jornada del New York Fashion Week 2016, cuando Reshma Qureshi, una joven india de 19 años que fue quemada con ácido en el rostro, protagonizó una de las pasarelas.
Qureshi fue rociada con ácido en 2014 por su cuñado, quien la culpaba de que su hermana lo hubiera dejado. Desde entonces es conocida por sus videos en YouTube en los que da tips de maquillaje, mientras que advierte que la venta libre de ácido puede arruinar vidas.
Además, es la imagen de un movimiento de una ONG que busca prohibir la venta de este ácido en India.
No es la primera vez que en los desfiles de la semana de la moda en Nueva York sucede algo así. La joven asiática fue invitada por FTL Moda, un colectivo de jóvenes creadores italianos que han sorprendido en las últimas temporadas por la elección de sus modelos.
El año pasado, en su pasarela desfiló Madeline Stuart, una joven australiana que padece síndrome de Down. También estuvo Rebekah Marine, una vendedora de automóviles de Nueva Jersey que nació sin un antebrazo.
Este acontecimiento recuerda el caso más famoso de mujeres quemadas con ácido en Colombia, el de Natalia Poce, quien figura en la mente de los colombianos no como modelo de pasarelas sino como el símbolo de la lucha contra este tipo de ataques, pues ella logró que el Congreso de la República aprobara una ley que establece penas de hasta 50 años de prisión a los agresores.
Jonathan Vega, quien la atacó, fue condenado este jueves a 21 años y 10 meses de prisión por el delito de homicidio agravado en modalidad tentativa.