Los diseños de modelos de contratos más equilibrados y efectivos, en los que se reduzcan al máximo las conductas oportunistas de alguna de las partes y en los que los incentivos son la base de la motivación contractual, fueron premiados por la academia sueca del premio Nobel.
'Este es un reconocimiento a las personas que se han dedicado a analizar, desde los años 80, todos los temas de incentivos a nivel contractual. La mayoría de los problemas que se dan a nivel de contratos están ligados a la asimetría de información desde ambas partes', asegura Juan Pablo Herrera, coordinador de estudios económicos de la Superintendencia de Industria y Comercio.
El británico, nacionalizado estadounidense, Oliver Hart y el finlandés Bengt Holmström, un par de economistas que durante más de 30 años han estudiado y meditado sobre la forma en que los incentivos aumentan la posibilidad de contratos más efectivos y que de paso se reduzca al máximo la perdida de capital humano y efectivo.
'La teoría de contratos ha estado inmersa desde hace ya varios años en los procesos de toma de decisiones de las unidades productivas, aunque no siempre de manera consciente; lo que hacen estos premios es sacar a la luz a quienes van desarrollando sus principales aportes', comenta Sandra Rodríguez, directora del Departamento de Economía de la Universidad del Norte y agrega que también es importante destacar que estos economistas permite ahora 'a quienes diseñan relaciones contractuales considerar que es posible diseñar contratos que alineen los incentivo de los involucrados'.
Esta teoría que se desarrolló durante la década de los 80, es actualmente una de las más usadas a nivel mundial en todo tipo de contrataciones, porque ayudaron a establecer relaciones más efectivas entre miembros de una empresa como junta directiva, accionistas y trabajadores.
'Lo que principalmente se logró es poner unas reglas de juego clara para todas las partes, es lo denominado ‘Teoría de Juegos’ que busca reducir al máximo cualquier tipo de conducta oportunista por algunas de las partes implicadas en la contratación', explica Jairo Parada, doctor en Economía y docente de la Universidad del Norte.
La efectividad de estos modelos, donde prima los aspectos económicos que se tendrán con la firma sobre lo jurídico.
'Este premio Nobel se enfoca de nuevo en la importancia del análisis microeconómico para tratar de entender el comportamiento de los agentes económicos y llama también la atención sobre la necesidad de que más economistas se involucren de manera directa con los procesos de tomas de decisiones al interior de las empresas o el Estado'. argumenta Sandra Rodríguez.
Este tipo de contratos han permitido aumentar los niveles de productividad de las empresas y a su vez reducir los costos en vigilancia y control de resultados, una muestra de porque son tan conocidos en la modernidad.
'Más que hablar de contratos equitativos, se trata de contratos eficientes', afirma Sandra Rodríguez.
La académica explica que, en el modelo, lo importante es que cuando se logra identificar las variables a las que responden los incentivos de cada agente involucrado en el contrato –el empleado y el empleador; la aseguradora y el asegurado; el médico y el paciente, por ejemplo–, sea posible diseñar esquemas de incentivos que llevan de manera voluntaria al empleado, por ejemplo, a ser lo más productivo posible, 'sin necesidad de incurrir en costos adicionales de vigilancia y control de la actividad del empleado. Un buen diseño de contrato conduce a equilibrio de incentivos', añade.
Oliver Hart (Londres, 1948, y nacionalizado estadounidense) ejerce en la actualidad como profesor de Economía en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y Bengt Holmström, natural de Helsinki y un año menor, es profesor de Economía y Gestión de Empresas en la Universidad de Cambridge.
El de Economía es el único de los seis Nobel que no fue instituido por el creador de los premios, el sueco Alfred Nobel, sino por el Banco Nacional de Suecia en 1968.
El premio del Banco Nacional de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, como realmente se llama, tiene no obstante la misma dotación que los otros y el premio será dividido entre los dos economistas.