Desde ‘Tiangong-2’, el laboratorio de la Agencia Espacial de la República Popular China, fue lanzada en la madrugada de ayer el microsatélite ‘Templo II’ (ver infografía).
El microsatélite se unirá al grupo conformado por el laboratorio espacial y la cápsula espacial ‘Shenzhou-11’, que fue lanzada con éxito el martes de la semana pasada y que tienen como misión reunir información para la creación de una estación espacial en 2022.
'Hay una nueva apuesta ahora por los microsatélites. Los chinos quieren convertirse a mediano plazo en una potencia espacial. Tienen un proyecto bien ambicioso de tener una base lunar y una estación espacial en el 2022', explica Jorge Salazar,director de la Fundación Grupo de Astronomía Apolo.
El satélite, según el informe presentado por la agencia espacial, tiene un peso de 47 kilos y un tamaño similar al de una fotocopiadora grande, fue lanzado al espacio a las 7:31 de la mañana (hora en China).
La misión de este microsatélite será orbitar al rededor del laboratorio espacial ‘Tiangong-2’ y la cápsula tripulada ‘Shenzhou-11’ a finales de octubre y su principal objetivo será tomar fotografías externas de éstos con la cámara de alta definición que incorpora.
'La intención de las fotografías es verificar como las basura o residuos espaciales afectan o circulan al rededor de la cápsula espacial', explica Salazar.
‘Templo II’, que es capaz de llevar a cabo pruebas de control orbital y procesar y transmitir datos a alta velocidad, también llevará a cabo otros experimentos en el espacio, como monitorizar residuos espaciales.
'En el espacio cualquier tipo de residuos serán muy importantes, desde el más pequeño tornillo que vague en el espacio podría afectar incluso la vida mismas de los astronautas', dice el experto del grupo astronómico Apolo.
El laboratorio ‘Tiangong-2’ fue lanzado al espacio el 15 de septiembre y el pasado martes la cápsula espacial ‘Shenzhou-11’, tripulada por dos astronautas, se acopló con éxito para empezar las comprobaciones y los experimentos para los que había despegado dos días antes.
La misión espacial de los dos astronautas —Jing Haipeng y Chen Dong— durará aproximadamente treinta días y luego emprenderán su camino de vuelta a la tierra.
'‘Tiangong-2’ es una propuesta bastante atrevida de los chinos para conquistar el espacio. Ellos lo que quieren es prepararse para lo que viene en el futuro', asegura Salazar y agrega:
'Ellos quieren averiguar por su cuenta que pueden mejorar en el campo de la exploración espacial. Así lo hicieron alguna vez los norteamericanos antes de llegar a la Luna, se prepararon con experimentos previos y fueron los primeros en pisarla, ahora los chinos buscan una estación espacial'.
Uno de los fines de esta misión —la sexta tripulada del país asiático— es acumular experiencia de cara a la apertura de la futura estación espacial que China prevé tener completada en 2022, con la que espera convertirse en potencia mundial en este sector.