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Este juevesen horas de la tarde, el periodista y escritor cartagenero, columnista de EL HERALDO Alberto Martínez Monterrosa recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, por su columna 'Las lecciones del ‘Vickygate’, en la que narra cómo le fue al poder ejecutivo, al periodismo y al ciudadano luego de la confusión que vivió Colombia tras la problemática que llevó a las renuncias del comandante de la Policía Nacional y de la periodista Vicky Dávila.

Alberto Martínez es el director del departamento de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Sus crónicas, columnas, reportajes y críticas han sido publicados en importantes medios del país.

Además de este reconocimiento, Alberto ha recibido premios como George Canning de Periodismo Económico, Premio Cartagena de Indias a la Mejor Crónica, Mérito Científico y Mejor Innovación Pedagógica en la Universidad del Norte, además de ser jurado de siete premios de periodismo, dos de ellos internacionales. Sin embargo, asegura que este tiene un significado particular. 'Es el premio más importante del periodismo en Colombia, me siento complacido, este había sido un deseo aplazado y estoy agradecido con la posibilidad que me ha brindado el periódico EL HERALDO, en él he creado una madurez en los análisis periodísticos'.

En la misma ceremonia, las estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte Karelyn Arteaga y Sabina Blanco recibieron este premio en la categoría juvenil con el documental 'Te olvidé: una historia inolvidable'. El trabajo audiovisual cuenta la historia que hay detrás de una de las canciones que transporta al Carnaval de Barranquilla.

El proyecto surgió desde el laboratorio de experimentación audiovisual UNI5TV, de la Universidad del Norte.

Este reconocimiento fue creado por Seguros Bolívar, en 1975, con el aval de José Alejandro Cortés y su Junta Directiva, y bajo la dirección de Yvonne Nicholls, a manera de estímulo para los periodistas y un reconocimiento a esta disciplina.

Fragmentos de columna premiada: Las lecciones del ‘Vickygate’

Para entender el escándalo que terminó con la salida del comandante de la Policía Rodolfo Palomino; el viceministro del Interior, Carlos Ferro, y la periodista Vicky Dávila, tenemos que remontarnos a los años 70 del siglo pasado.

Entonces, dos periodistas anónimos –Carl Bernstein y Bob Woodward–, de un periódico que en ese momento era de poca monta –‘The Washington Post’– descubrieron lo que sería el mayor escándalo político de la historia de los Estados Unidos.

(...)El 8 de agosto de 1974 Richard Nixon anunció por la televisión que, antes de las 12 del día siguiente, renunciaría al cargo.

Nixon era el presidente de la nación más poderosa del mundo en ese momento. Y los reporteros apenas descollaban en el oficio.

(...)Informar implica investigar, entrevistar a todas las fuentes que la historia nos pida, contrastar sus declaraciones, contextualizar los datos, encontrar y probar la legitimidad de los documentos, observar con todos los sentidos.

La FM venía en ese aparente ejercicio. Basta recordar que el equipo ganó el premio de periodismo del Círculo de Periodistas de Bogotá –CPB– por el seguimiento a las chuzadas que la Policía habría ordenado contra varios comunicadores.

Si en cambio admitimos, en gracia de discusión, que la de Vicky era una motivación legítima, producto del altruismo consustancial de la profesión, ¿cuál era la idea al publicar el video de Carlos Ferro? Según Dávila, probar que el exviceministro era uno de los clientes preferidos de la red de prostitución masculina que, con el concurso de algunos oficiales, había en el Congreso y la Policía.

Sin embargo, lo único que demuestra el video es que hay dos hombres en flirteos sexuales en busca de un sitio para desfogarlos. Pero este no es un video tan inocente como los defensores de la intimidad han pregonado.

(...) La auténtica sensación que dejó la publicación del video fue un ataque frontal a la comunidad de sexualidad diversa, que del mismo modo ha venido sumando conquistas en la reivindicación de derechos que antes la sociedad le negaba.

(...) Si bien las organizaciones mediáticas le temen a una crisis de reputación como la que en efecto enfrentó esta semana RCN, el detonante de la emergencia fue la declaración del Presidente Juan Manuel Santos, cuando le devolvió la pregunta a Ángela Patricia Janiot: ¿usted cree que eso es buen periodismo? Por la noche, Dávila ya no estaba.