La luna, de diosa a objeto de investigación. Este astro ha tenido un gran impacto en la vida humana, tanto cultural como científico, no es coincidencia que civilizaciones como la egipcia, la griega, la azteca y la japonesa, separados unos de otros, le hayan rendido culto.
'Todas las civilizaciones preindustriales utilizaban la Luna para ubicarse en el tiempo. Por ejemplo, en el calendario agrícola que tenían, era un símbolo de tributo por su importancia y marcaba el rumbo de vida de esas poblaciones', explica Johnny Meca, antropólogo de la Universidad del Atlántico.
Y desde que Galileo, prócer de la astronomía, la examinó en 1609, hasta nuestros días, la seguimos estudiando, dándole nuevos nombres y sentidos a sus varios fenómenos.
'Un eclipse solar en el que la Luna, un objeto que es 400 veces más pequeño que el Sol parezca del mismo tamaño, por estar 400 veces más cercana que él, es una de esas coincidencias de la astronomía que la hace tan atractiva', dice Jorge Salazar, director y fundador del grupo de astronomía Apolo.
Aprovechando la ocasión de la noche de hoy, en la que a partir de las 6:30 p.m. se podrá ver una Superluna en el cielo, expertos en el asunto hablan sobre su origen, algunos de los mitos que existen alrededor de sus efectos en el comportamiento y el impacto cultural que ha tenido.
Realidades
1. Una de las teorías más aceptadas dentro de la comunidad científica mundial, de acuerdo con Jorge Salazar, director del grupo Apolo de astronomía en Barranquilla, es que la luna en algún momento fue parte de la tierra. Esto contradice la idea de que las colisiones son siempre perjudiciales. Así como un impacto acabó con los dinosaurios y dio paso a nuevas especies incluyendo la humana, asimismo una colisión se produjo cuando el sistema solar aún no estaba completamente formado como lo conocemos.
Cuando los protoplanetas andaban a la deriva, un planeta más o menos del tamaño de Marte chocó con la tierra y muchos fragmentos quedaron liberados orbitando alrededor de la tierra. Lo sabemos gracias a las misiones Apolo en que los astronautas recogieron fragmentos de roca y se dieron cuenta que esos minerales están presentes en la Tierra. Entonces se unieron una con otra a través de la fuerza gravitacional que tenía la tierra, ese fenómeno se conoce como acreción gravitatoria. Ese impacto provocó mucha energía liberada en forma de calor lo que causó que la unión fuera muy fácil. La luna tardó un mes en formarse.
2. ¿Por qué no han vuelto? De acuerdo con Salazar, si bien es cierto que antes había mucha menos tecnología, el hombre fue a la Luna con la misma tecnología que tenía un Gameboy. En aquel entonces, Estados Unidos y Rusia estaban librando la guerra fría, y una de las maneras de mostrarse más fuertes militarmente era pelear por la supremacía del cielo, quien tuviera esa ventaja la iba a mantener en la tierra. La Unión Soviética siempre llevó la delantera, llevaron el primer satélite al espacio en el 57, enviaron al primer animal, los primeros seres vivos en orbitar la luna fueron 6 morrocoyos. Fue básicamente una jugada política, por sentirse amenazado.
Llegar a la luna no cumplía ningún objetivo específico, podían llevar sondas, un rover para cumplir la misma función, pero ellos querían hacerlo por temas mediáticos. Estados Unidos gastó el producto interno bruto equivalente a un país como Honduras en todo el programa Apolo. No hemos vuelto a la Luna no porque no tengamos la tecnología, sino porque no hay el dinero para botarlo deliberadamente.
3. La luna no se puede colonizar. La luna, al igual que la tierra, recibe muchas colisiones de cuerpos menores o meteoritos, la diferencia es que la superficie terrestre está llena de agua entonces muchos de estos cuerpos impactan en el agua y ahí se pierden. No tenemos una evidencia tangible que estamos siendo bombardeados por objetos menores, en cambio en la luna, por no tener atmósfera, son mucho más evidentes esas cicatrices que dejan esos cuerpos porque cuando hay una colisión queda el cráter de impacto. Colonizar no se podría ya que habría que explorar otras cosas, como terraformar la luna para hacerla menos hostil, porque además, tiene temperaturas o muy frías o muy calientes, precisamente porque no tiene atmósfera.