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El camino de rocas a la izquierda y plantas a la derecha que divide el río Magdalena del mar Caribe fue ayer escenario de un pagamento, un ritual para pagar y retribuir los beneficios recibidos de la naturaleza. Toda la magia de Bocas de Ceniza es considerada un sitio sagrado por los mamos koguis –máxima autoridad del pueblo indígena–, por eso lo eligieron para alcanzar un equilibrio físico, espiritual y energético a través del rito.

En esta zona del departamento, dice Mama Shibulata Zarabata, se encuentra Jaba Nabuba: la antigua Madre. La energía positiva que se siente es prueba de que aun vive, 'pero los hermanos menores deben parar las construcciones y evitar la población del mismo para mantenerla', afirmó.

Y aclara que aunque en lo espiritual sigue viva la Madre, en lo material se está acabando, por eso reclama manifestándose en desastres naturales y crea desequilibrio. Entre los mensajes que dejaron durante el pagamento pidieron cuidar el manglar que se encuentra en el lugar, para lograr recuperar la flora y fauna que necesita el planeta, evitando así que el cambio climático siga su curso acelerado.

Los representantes de la comunidad indígena explicaron que la importancia de Bocas de Ceniza radica en controlar todos los ríos que vienen de la Sierra Nevada de Santa Marta, complejo montañoso considerado por ellos como el corazón del Planeta.

Esta actividad la realizaron en el marco de la Semana de la Sierra, un evento para generar reflexión sobre la relación armónica que debe existir entre las comunidades y el medio ambiente, organizada por Amazon Conservation Team Colombia y el Parque Cultural del Caribe. Y en la que también se realizaron conferencias, talleres, jornadas lúdicas para niños y proyecciones de documentales.

Hasta el 13 de enero de 2017, en la Sala Múltiple del Museo del Caribe, estará abierta la exposición ‘Arquitectura y bosques’, que reúne fotografías en las que el público podrá identificar la importancia de preservar la biodiversidad existente en las montañas que rasgan el cielo de Santa Marta con 5.770 metros de altura, dueña del 20% de la flora y fauna del planeta.