Cuenta la historia que hacia los años de 1800, para construir el pedestal de la Liberté éclairant le monde —La libertad iluminando el mundo, en español—, mejor conocida como la Estatua de la Libertad, se planeó realizar una campaña de colecta entre los estadounidenses. Lo cual podría reconocerse como un antecedente de lo que hoy denominamos crowdfunding.
Sin embargo, fue solo en 1958 cuando la compañía Bell crea el primer módem que permitía transmitir datos binarios sobre una línea telefónica simple, que a golpe de enter se prepara el terreno para la práctica que le permite a cualquiera con un buen video y una campaña en redes sociales sacar adelante una idea o iniciativa.
No es lo que haces, sino por qué lo haces, esa es la idea del crowdfunding, una práctica que ha revolucionado la forma de obtener apoyo financiero para un proyecto o una empresa. 'La recaudación de pequeñas cantidades de dinero de un gran número de personas, generalmente a través de internet', de acuerdo con la definición que da el Diccionario Oxford, es la mecánica que propone este modelo—como alternativa a la palabra inglesa, el buscador urgente de dudas Fundéu propone financiación colectiva, financiación popular y micromecenazgo—.
Indiegogo (nacida en 2007) y Kickstarter (2009) son las compañías pioneras de esta forma de financiamiento. En el caso de la primera, se estima que más de 15 millones de personas de todo el mundo la visitan cada mes, y que de las campañas que exceden sus metas, un 47% son administradas por mujeres. Un caso que llamó la atención fue el de Lazer Team de Rooster Teeth, la película más financiada de Indiegogo, al recaudar $2,48 millones de dólares.
Kickstarter registra más de 10 millones de personas de todos los continentes que han patrocinado ya un proyecto a través de su plataforma. La productora barranquillera Murillo Films acudió a Kickstarter para financiar el documental ‘Peregrinando con los dioses’, proyecto que logró recaudar 1.950 libras, cerca de 6 millones de pesos, y recompensó a sus donantes de distintas maneras —a cambio de las donaciones, se puede dar una recompensa que puede traducirse en reportar los avances del proyecto, recibir una copia del producto que se ofrece, entre otras—. Contó su productor Giuliano Cavallim, en 2013, que recibieron aportes de Inglaterra, Turquía, Estados Unidos, México, Chile y Argentina.
Por concepto de esta práctica revolucionaria, se logró recaudar en 2012 a nivel mundial 2.700 millones de dólares. Según las últimas cifras de la consultora Massolution, se estima que en 2015 se recogieron 34.400 millones de dólares.
En solo dos años, además, de 2013 a 2015, el volumen de crédito destinado a las plataformas virtuales a nivel mundial pasó de 6,4 billones de dólares (cerca de 19.200 billones de pesos) a 34,4 billones (103.200 billones de pesos), y se cree que en los próximos años la cifra podría ascender a 70 billones de dólares (210.000 billones de pesos), según la Organización Internacional de Comisiones de Valores.
En Colombia, explica Sara Chavarriaga, directora de Crowdfunding a la Colombiana, que busca generar formación sobre esa propuesta en el país, 'muchos colombianos han tenido campañas en plataformas internacionales, pero el crowdfunding en plataformas nacionales llega en el 2012 con el nacimiento de la primera plataforma colombiana'.
Desde ese momento, la lista ha crecido: La Chèvre, que se describe como la primera en apoyar proyectos culturales; Little Big Money, que busca financiar microempresas con impacto social y ambiental, La Vaquinha, 'que hace fácil organizar, compartir y recoger los costos de los planes con tus amigos'; Skyfunders, que además de apoyar a las personas para que alcancen una meta económica, para ejecutar sus proyectos, 'brinda una guía organizacional continua'. También hacen parte del inventario Uonset, una plataforma de financiamiento colectivo especializada en música; Súmame, que recibe todo tipo de proyectos; Yo Apoyo, para el financiamiento de iniciativas de emprendimientos, artísticos y sociales, y la Fundación Help, enfocada en estudiantes que necesitan recursos económicos para terminar sus estudios.
Las plataformas también se han convertido en un espacio para desplegar la creatividad, algunas veces incomprendida o tachada de absurda. En Kickstarter, algunos fracasos conocidos fueron las camisetas con mensajes para leer en el espejo, el por qué fue motivado por el uso de la ropa 'como un medio para enviarnos mensajes a nosotros mismos', dice la propuesta BackWeARD. La iniciativa Un pack de pins biodegradables, por otra parte, buscaba alertar a los caminantes con banderines que visibilizaban excrementos de perro.
Aunque el crowdfunding ha revolucionado las funciones del internet, permite involucrar a otros; haciendo que quienes contribuyen se sientan parte, no está exento de problemas. En algunos países, ha sido el vehículo para estafas, como es el caso de la plataforma AUAmusic, a la que demandaron por no cumplir con una recompensa.