Bajo una noche estrellada en las cataratas del Iguazú –frontera entre Argentina y Brasil– dormía en una hamaca el indio Tos (Manuel Pérez) cuando el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro) lo apuñala hasta la muerte en La misión (1986). Esta escena de menos de dos minutos fue el debut (y la única aparición) en la pantalla grande de Pérez, entonces periodista de EL HERALDO.
Cinco horas de viaje, un mes de estadía, tres días de grabación y un minuto y medio en la película convirtieron esta odisea –al lado del ya entonces reconocido actor estadounidense– en su mejor experiencia de vida. A la que llegó por 'feo' y por una broma que le salió al revés a unos colegas.
Por 1986, el director franco-británico Roland Joffé encontró en Latinoamérica el escenario perfecto para filmar La misión, una película ambientada en el siglo XVIII que gira en torno a la labor de los misioneros jesuitas en las selvas de la región quienes, a través de la fe cristiana, querían imponer su civilización a las comunidades indígenas.
En la historia surgen tres personajes principales. El padre Gabriel (Jeremy Irons), quien, tras los arrojos a las cataratas de misioneros en manos de indígenas, encabeza solo la misión pastoral. El capitán Rodrigo Mendoza, un esclavista y cazador furtivo de indios que se arrepiente de sus actos y se une a la orden. Y el cardenal Altamirano (Ray McAnally), enviado por las potencias de España y Portugal para persuadir a los jesuitas.
Con estos grandes actores en el elenco, Joffé solo necesitaban a los indígenas y a algunos nobles que hacían falta. Las comunidades aledañas a la grabación participarían, más otras personas que parecieran locales pero se dejaran guiar. Entonces, la producción llegó a Colombia para encontrarlos, más específicamente a Barranquilla…
Entre chanza y chanza
En 1978, Manuel Pérez se vincula a esta casa editorial como reportero de crónica roja. Entre sus recorridos por la Fiscalía y la morgue, su editora, Olguita Emiliani, le asignó un compañero, el joven periodista Ernesto McCausland, para que lo 'empapara del oficio'.
Una mañana en la redacción, Ernesto, junto a Marco Schwartz y Pedro Lara, le comentaron que estaban buscando 'al hombre más feo de Barranquilla para que saliera en una película. Tú seguro ganas, me decían', cuenta Pérez entre risas. Convencidos se fueron todos en un Suzuki rojo que manejaba entonces Schwartz, actual director de EL HERALDO.