'Leer y escribir nos definen como profesionales', dicen los expertos. Estas habilidades no solo permiten acceder al conocimiento, sino tener un pensamiento crítico y un razonamiento complejo, claves del éxito en la carrera laboral. Sin embargo, investigaciones recientes revelan que los estudiantes primerizos llegan a la universidad con graves falencias en estos aspectos. Especialistas dan consejos para mejorar el nivel de lectura y escritura.
Los resultados recientes de las pruebas Pisa arrojaron que, en competencia lectora, el 47% de los bachilleres colombianos está por debajo del nivel mínimo. Cifra que corroboró un estudio de la Red de Lectura y Escritura en Educación Superior, que lidera la Universidad de La Sabana, que afirma que los ‘primíparos’ no saben escribir un ensayo y tienen mala ortografía.
'El estudiante, por lo general, es muy descuidado con la ortografía, especialmente con la puntuación y acentuación. En el bachillerato, en clase de español o literatura, poco se le enseña el manejo de las normas ortográficas (…) Ellos leen, entienden e infieren, pero cuando llegan al proceso de la lectura crítica a través del texto se les complica la situación', asegura Mariano Lozano, profesor del departamento de Lengua de la Universidad de La Sabana.
La situación no es muy distante del Caribe. Una prueba diagnóstica de lectura y escritura que se aplicó a población entrante en el segundo semestre de 2016 revela que el 44% de los estudiantes tienen dificultades para entender contenidos explícitos de un texto, mostrar una comprensión general y reconocer las estrategias discursivas utilizadas y su propósito.
El análisis facilitado por Nayibe Rosado Mendinueta, directora del departamento de Español de la Universidad del Norte, también señala que un 50% logra una comprensión lectora, y sólo un 6% lo logra y además establece inferencias más complejas: contextualiza adecuadamente un texto y adopta una posición crítica frente a este.
Y en referencia a la escritura, la prueba muestra que el 48% aborda la tarea pero con serios errores de sintaxis, puntuación o escritura de las palabras, además del desarrollo insuficiente del tema, 'es tan breve que no se pueden aplicar los criterios de análisis'. Solo en el 40% de los trabajos se observa una intención comunicativa, y solo el 11% de ese total logra relacionar efectivamente las ideas.
'Solo el 1% evidencia una planeación en la escritura en dos aspectos fundamentales: pensar cómo expresar las ideas de manera efectiva, aplicando diversos recursos textuales, y adecuar el discurso a un público determinado', agrega Rosado.
Falencias
Las principales falencias con las que llegan los jóvenes a la universidad, los expertos las dividen en tres: cognitivas, académicas y motivacionales. Así lo sugiere Mayilin Moreno Torres, docente del departamento de Psicología de Uninorte.
Las cognitivas aluden al nivel de organización del pensamiento, de abstracción y planificación de las ideas y del conocimiento del significado de las palabras. Las académicas tienen que ver con las herramientas básicas que se aprenden en la escuela (gramática, semántica, ortografía, etc.). Y las motivacionales se refieren al interés o no del estudiante.
'El desinterés viene de la idea de que todo aquello que requiera esfuerzo significa que no se es muy inteligente. Pero todas las teorías motivacionales apuntan a que no se nace inteligente, sino que se incrementa con mucho esfuerzo', afirma Moreno.
Pero el problema trasciende el campus universitario. Leer y escribir hace parte de la tarea diaria de cualquier profesional en su puesto de trabajo, sea cual sea la disciplina. Y las habilidades aprendidas o no en estos temas se pueden percibir en sencillas acciones cotidianas como escribir un tuit, un correo electrónico, un informe o propuesta.
'La lectura ayuda a reconocerse como individuo y ciudadano ético, crítico y responsable, como miembro de la sociedad. Cuando un profesional escribe, se nota', expresa Nayibe Rosado. Por eso, las universidades han desarrollado estrategias para fortalecer las capacidades de los estudiantes en lectura y escritura.
Estrategias
Lo primero que hay que considerar es que en la Universidad el tipo de conocimiento que se enseña y que se aprende es diferente al de los colegios, pues es de carácter científico en una disciplina particular.
No obstante, hay unas bases con las que los estudiantes deben llegar a este nivel educativo.
'El estudiante ahora tendrá que leer otros textos diferentes a los que leía en el colegio, y escribir artículos científicos con ciertas normas requeridas en el mundo científico y académico', expone Moreno.
Ante esa demanda, se necesita una formación de su pensamiento como un lector y escritor estructurado, capaz de explicar su saber disciplinar e incluso de criticar su propio pensamiento, de mejorarlo. Y esas nuevas herramientas deben ser proporcionadas por la universidad.
Además de garantizar un contexto adecuado para que se desarrollen los procesos cognitivos y académicos, y para que el estudiante encuentre la motivación al leer y escribir sobre la disciplina que decidió ejercer.
La educación superior debe garantizar el contexto académico adecuado para que el estudiante no solo desarrolle sus procesos cognitivos y académicos, sino para que encuentre la motivación para leer y escribir sobre su saber disciplinar.
'Los cursos de competencias comunicativas en los primeros semestres son una buena iniciativa, pero las investigaciones han comprobado que no son suficientes, es una tarea de todos los profesores en nuestros cursos', manifiesta la psicóloga.
En ese punto está de acuerdo la directora de Español de Uninorte, quien señala que las instituciones de educación superior deben continuar asumiendo el reto de la formación transversal y sostenida en competencias comunicativas de sus estudiantes. 'Estas deben trascender el aula de Español, es tarea de todos. Los docentes de otras disciplinas deben contribuir a su mejoramiento', concluyó Rosado.
Consejos
1. Leer. Empezar con un libro de su interés, con un promedio de dos páginas diarias.
2. En la lectura analizar cómo está estructurado el texto.
3. En la lectura aprender nuevas palabras y tratar se usarlas en la vida diaria.
4. Hacer un plan de escritura previo: escribir ideas cortas, ordenarlas y desarrollarlas.