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La sonrisa y picardía que constantemente muestra en el escenario el cantautor bolivarense Dolcey Julio Gutiérrez De la Cruz, contrasta con su estilo personal de ‘no artista’, ya que él mismo se define como un hombre serio y tímido. 'La gente dice que mis canciones son vulgares, pero jamás he dicho una sola. Yo dejo todo a la imaginación. De hecho jamás he permitido que mis 10 hijos digan una sola, porque ante todo soy un hombre culto', explica el músico de 75 años con mucha seriedad.

‘El Rey de la música picante y caliente’, como le gusta que lo llamen, cumple 55 años de actividad artística. Debutó en el mercado con el tema Cantinero sirva el trago, hecho que dio inició a su trasegar en la música y que le ha permitido con 104 álbumes ser un animador constante de la temporada carnavalera.

Dolcey Gutiérrez a quien generalmente vemos vestido de pantalón, camisa, sombrero y gafas oscuras, afirma que no le preocupa mucho su apariencia física como su parte espiritual, ya que según él, Dios lo dotó de una chispa única que le ha permitido sacarle provecho a cualquier situación para luego convertirla en una canción con doble sentido. Pero no todo ha sido alegría, Dolcey ha vivido momentos muy duros en los últimos dos años. Padeció cáncer en el riñón izquierdo, y el año pasado fue operado en la cabeza para desaparecerle un hematoma. 'Quiero morir cantándole a mi gente y Dios sabe eso, por eso aún la ‘pelúa’ no viene por mí', dice con su acostumbrado humor. Al DÍA dialogó con este referente de la música carnavalera para conocer a fondo su proceso creativo, sus alegrías y tristezas.