Con una explosión de colores y ritmos folclóricos se dio inicio, ayer, al tradicional desfile de Emiliano Vengoechea, en su versión número 81.
Al son de la flauta de millo y de las tamboras, los colores negro, rojo, amarillo y verde, tradicionales del vestido representativo de la danza del Garabato, protagonizaron una vez más una escena de coquetería entre el mítico enfrentamiento de la vida y la muerte.
Seis motorizados de la Policía, acompañadas del carro de bomberos y de las banderas de Colombia, Barranquilla y el Atlántico y la Secretaría de Cultura fueron los encargados de abrirle paso a los danzantes, quienes con alegría y orgullo entretuvieron a los espectadores con sus llamativos bailes.
El recorrido partió desde la carrera 51 con calle 80. Luego, subió por la 80 hasta la 52 y culminó en el hotel El Prado, donde se realizó la fiesta final.
Más de 500 parejas participaron en el desfile. Algunos de los garabatos que intervinieron este año fueron los del Marco Fidel Suárez, Barrio Abajo, la Universidad Libre, Galapa, la Universidad de la Costa, el Colegio Real Colombia, Soledad, el de la Ocho y el Cipote Garabato.