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El alma de una verbena es el picó. Aun así no hay turbo ni regaderas que valgan cuando la música elegida no anima al bailador ni llama a la pista. De esto era consciente el día que decidí hacer una verbena carnavalera en mi cuadra. Imaginaba sonidos africanos, salsa brava y ritmos folclóricos a todo timbal, pero ¿qué temas debían sonar para azotar la calle sin parar?

No tenía nada que inventar. Antes de tirármelas de Dj debía escuchar la voz de la experiencia. Después de unas llamadas, el picotero Armandito Jinete, propietario de El Solista, y los locutores radiales Jeiminson Ochoa y Roly Dj me enlistaron los mejores temas verbeneros y me dieron unos cuantos consejos para armar mi vacilón.

'Barranquilla es una ciudad recicladora musicalmente', me recordó Armandito ante la inquietud de cómo poner a bailar a todas las generaciones con una misma canción. 'Todo entra por los oídos', y tiene razón.

Es la ley del ‘rencauche’ de las emisores locales. Temas que ‘pegaron’ hace muchos años suenan fuertes como si acabaran de salir al mercado. Así es como las canciones que bailaron padres y abuelos décadas atrás podemos gozarla los jóvenes en la actualidad.

En la lista de reproducción, los géneros debemos alternarlos. Les aprendí que un cambio de ritmo puede venir marcado por una placa (gritos de batalla o de identificación del picó) o por intervenciones de un animador, que tampoco debe faltar en una verbena de las buenas.

Las infaltables terapias africanas —me sugirió el conocido picotero— 'deben sonar en la parte más sabrosa, durante el llamado repique, cuando se forma el despeluque'. Dejarlas sonar completas puede resultar agotador, realmente cansón.

En esta época, desde Los Gaiteros de San Jacinto, la Niña Emilia y Aníbal Velásquez hasta el Checo Acosta se meten en cada rumba verbenera. Poner a sonar nuestro folclor e introducirle algo de electrónica y sonidos modernos funciona muy bien para mantener los ánimos arriba. Como me dijo Roly Dj, hacerle una versión remix a esas canciones populares puede darnos más energía en la rumba.

Sin más que oír me dispuse armar mi propio playlist. 'Con 20 canciones puedes bailar toda una noche', afirmó el picotero; sin embargo, me quedé con 100 temas de todos los géneros, suficientes para celebrar el Día del Periodista en aquella verbena.