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En medio del río Magdalena, con naturaleza a un lado y Barranquilla al otro, la tambora daba ayer sus primeras notas con los golpes de las baquetas contra el cuero. El sonido ‘recorrió’ la historia de este instrumento autóctono de los pueblos ribereños en el lanzamiento de la Noche del río, que hoy devuelve la mirada a este afluente con música y en el Parque Cultural del Caribe (PCC) como escenario.

Al adoctrinamiento católico que trajo el imperio español a América los esclavos negros le dieron son. El acompañamiento de los rituales religiosos se hacía con la música de los tambores. Una forma de llevar más ligero la represión cultural de la colonia que con el tiempo fue escalando barreras geográficas. Según investigaciones.

Fue, precisamente, en el río Magdalena donde esa tradición de la Depresión momposina –comprendida sobre los departamentos de Bolívar, Magdalena, Sucre, Córdoba y Cesar– llegó a Barranquilla. Ello desde los encuentros culturales que fueron posibles con el desarrollo del transporte fluvial.

Así pues, 'además del instrumento, la tambora es usaba para designar la fiesta, la música y el baile cantao interpretada en ella', señaló Lissy Escobar, una de las integrantes de la Red de Tamboreras de Colombia, mientras enseñaba a los asistentes del viaje notas básicas en el instrumento.

Ella y su compañera Estefanía Fernández dieron un pequeño taller de tambores tradicionales colombianos, 'un homenaje a los aires de río con inclusión'. La Red es una de las agrupaciones que se presentarán en la Noche del río.

Este grupo de 13 mujeres lideradas por Jenn del Tambó y Orito Cantora pondrán en evidencia, con ritmos como el bullerengue, el vínculo de la mujer y el tambor como equilibrio de igualdad y participación de género.

'Los grupos folclóricos excluían a las mujeres porque la tradición era que el hombre tocaba el tambor. Decían que nosotras no lo hacíamos bien porque no teníamos muestras. Así que la Red nace para demostrar que están equivocados, también podemos tocar bien', expresó Fernández.

Con la música de Lissy y Estefanía los reyes del Carnaval del PCC llevaban el ritmo en sus pies, para mostrar cómo se baila la 'hematopopeya en tambora y tambor alegre'. En tres tiempos el hombre inclinado busca los movimientos de cadera de la mujer que caen con cada golpe.