Una enorme cabeza café con sombrero verde sorprendió a más de un bordillero en la calle 17. Podría tratarse de cualquier disfraz extraño y curioso que alguien inventó para Carnaval, pero este fue reconocido sin pensar más.
Lucía un traje blanco y llevaba colgado de su cuello una combinación de butifarras y bollo e’ yuca con limón. Sencillo para los amantes de este producto costeño. Era Buti -Buti-man soledeño, acompañado de la Cumbiamba El Tanganazo, antes homenajeada por su danza.
Detrás del mitad hombre y mitad butifarra estuvo Dayán Hurtado, un administrador de empresas a quien se le ocurrió convertiste en un muñeco en pro de la bola de carne morena para 'promocionar' al alimento caribeño, al ritmo del tambor.