Es el 'odio a los hombres por ser hombres' o 'la contraparte sexista de la misoginia (aversión hacia las mujeres)'. Así está definido el neologismo misandria.
El psicólogo Jorge Caballero afirma que dicha conducta no puede diagnosticarse, 'porque no es considerada como una psicopatología'.
Sobre la existencia de la misandria, la neuropsicóloga Nury Lugo manifiesta que los casos que evidencian el odio de una mujer hacia un hombre suelen ser 'producto de un aprendizaje generacional o de una situación extrema' —como maltrato físico, violación o asesinato—; lo cual, agrega, ocurre como resultado de una misoginia, 'de la que sí existe realmente una evidencia científica'. Continúa diciendo que en estas situaciones el nivel de tolerancia es tan escaso, que puede llevar a conductas excesivas.
En cambio, comenta, 'es más difícil, por condiciones físicas, que una mujer viole a un hombre o que cometa un asesinato'. Pero, dice que algunos estudios evidencian que dicho comportamiento 'abarca realmente un odio hacia la especie humana, en general, y no necesariamente hacia un género específico; misantropía'.
No descarta que la androfobia, miedo al género masculino, o las conductas detrás de frases como 'todos los hombres son iguales, todos son infieles o ninguno es mejor que el otro, encubra una misandria'. Aunque, aclara que estas también pueden apuntar a un rechazo asociado con el psicoanálisis del inconsciente colectivo: 'los temores y los odios que mi abuela le traspasó a mi mamá y que heredé yo'.
Lugo dice, adicionalmente, que la actitud, el temperamento, la poca capacidad de espera de las personas, la baja tolerancia a la frustración y los mecanismos de defensa utilizados a la hora de interactuar muestran que hay una precaria condición en el desarrollo de la personalidad. 'Ese es el origen de todos los trastornos fóbicos y agresivos'.
Estos trastornos de personalidad o relacionales sí encajaría, añade, en el manual de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DCM5) y de la Organización Mundial de la Salud. 'Porque, de otra forma, no aparecen como diagnósticos en el sistema de seguridad social nacional'.
Colectividades en Barranquilla. El colectivo de ‘Masculinidades no Hegemónicas, sentipensantes’, de Cedesocial, comenta que la misoginia ha sido mucho más común y tangible que la misandria. 'Los hombres hemos logrado imponer nuestra visión de mundo como valiosa y respetable, mientras que las mujeres han sido relegadas a espacios domésticos, donde no han tenido muchas posibilidades de explotar su potencial intelectual, ni de hacer grandes aportes a las ciencias y a las artes'.
Jair España –integrante del grupo junto a Miguel Valera, Eduardo Lora, Frank Cadavid y Andrés Palma– menciona que tanto la misoginia como la misandria están en el mismo nivel de retroceso, 'que pretende estancarnos en relaciones dañinas'.
Además, comenta que la primera está fundamentada ideológicamente por el machismo, mientras que la segunda por el hembrismo, 'y ambas pretenden una relación hegemónica en la que un sexo es considerado superior al otro'.