Juan Gustavo Cobo Borda escribió hace algunos años que Alejandro Obregón hizo dos afirmaciones sobre las acuarelas de su amigo, Hernando Lemaitre, que también están en la base de su pintura; una de ellas es que 'el arte, además, sirve para vivir después de morir'. Hoy, veinticinco años después de la muerte de Obregón, gracias a su obra, el artista se encuentra más vivo que nunca.
Luis Fernando Pradilla, galerista y dueño de la galería El Museo de Bogotá, cuenta que el valor de una pieza original del pintor se puede determinar de la misma manera que el de una piedra preciosa, depende la calidad, 'en Alejandro eso es muy definitivo porque hay obras de menor importancia y otras de mucha importancia refiriéndonos un poquito a la época en que fueron pintadas'. Sus cuadros, afirmó, tienen un precio mínimo de veinte mil dólares.
Pradilla también ha dedicado parte de su carrera a identificar y clasificar la obra de Obregón y aseguró que, 'es un artista extraordinariamente actual, es muy dinámico y evolucionó rápidamente. Hay varios mundos en la obra de Alejandro Obregón, no solo en el manejo de los temas, sino en el manejo de la pintura desde el punto de vista de ideas'.
La obra de Obregón es uno de los referentes obligados del arte latinoamericano y se estima que, en conjunto entre dibujos y pinturas, tiene unas siete mil piezas. En la labor que ha desarrollado la galería El Museo han logrado clasificar unas dos mil quinientas obras.