Mucha ha sido la discusión sobre si el vallenato está o no en crisis frente a los cambios y la comercialización de este género musical. Sin embargo, para el historiador, escritor, abogado y folclorista Tomás Darío Gutiérrez, los que realmente están en crisis son los ejecutores modernos del acordeón.
'No están tocando vallenato, están haciendo algo que no se lo podemos rechazar; hacen una música, la venden, se hacen famosos, ganan dinero, está bien. Lo que no acepto es que tomen este nombre para colocárselo porque es un buen rótulo comercial, a una cosa que no es vallenato', dijo este miércoles en el marco del Foro ‘50 años de Vallenato y Leyenda’, evento organizado por EL HERALDO y la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata que se desarrolló en la biblioteca Rafael Carrillo Lúquez.
Sostuvo que 'esa música que están haciendo no nos identifica, no viene de nuestros antepasados, no tiene tradición; eso es una mercancía de moda, que en 10 o 20 años ya no se va a escuchar, pero nuestros cuatro aires: paseo, puya, merengue son y siguen siendo los mismos que se escuchaban en la época de Simón Bolívar'.
'Conocí en Atánquez a un señor de 104 años que se llamaba Adán Lúquez García, y me decía que cuando él era niño había un indio viejísimo de más de 100 años, de nombre Hilario Talco, que le enseñó los merengues que los cantadores de aquí, en su época, le componían al Ejército de Bolívar', precisó.
Gutiérrez destacó la visión que tuvo Consuelo AraújoNoguera para vaticinar que el vallenato sería universal, y su unión con Alfonso López Michelsen, primer gobernador del Cesar, y el maestro Rafael Escalona, para crear 'este Festival que salvó nuestra identidad y proyectó hacia el futuro'.
Señaló que ritmos como la puya y el son estuvieron a punto de perderse, que de no haber sido por este evento, en el que Consuelo insistió en los cuatro aires, hubieran desaparecido. Como anécdota contó que 'la primera vez que Alfredo Gutiérrez se presentó al Festival lo descalificaron en la primera ronda porque no sabía tocar la puya'. Señaló, además, que el son clásico de hoy 'fue desenterrado como una pieza arqueológica por Consuelo Araújo'.
'En el momento de ella el son y la puya habían declinado, ya eran del pasado, muy pocos cultores los conocían y los dominaban, pero ella tuvo la suspicacia para decir, el vallenato es son, puya, merengue y paseo, y que problema le creó a los acordeoneros porque ellos, los primeros competidores, la gran mayoría, ya no conocían la puya, no la sabían tocar', dijo.
Concluyó indicando que 'el vallenato es hoy lo que es porque en el pasado tuvo los suficientes méritos culturales para trascender, y porque fundamentalmente alguien concibió la idea de constituir un evento para demostrarle al mundo el gran valor de la música tradicional de nuestra región, eso se lo debemos a Consuelo, al doctor Alfonso López, al maestro Escalona, y a todas las personas que le metieron el hombro y que nos hicieron ser orgullosos de lo que no solamente estamos nosotros, sino otros países'.
El vallenato tiene que volver a su semilla.'El periodista, escritor y columnista Óscar Montes, coincidió en que este género debe volver a sus raíces. Hay que rescatar la esencia, lo que estamos escuchando ahora no es vallenato, aunque le pongan ese rótulo, soy muy crítico de lo que se está haciendo, aunque no me opongo a la evolución', señaló.
'Me parece que hay una semilla muy fuerte, muy valerosa, para que germine, y para eso se requiere conocer la vida de los juglares y la gente que nos dio tanto, no podemos estar de espaldas a esa realidad, por más que nos digan hoy en día que hay que evolucionar', precisó.
Montes intervino en este foro con la ponencia sobre el vallenato y la política, resaltando el papel que jugaron López, Consuelo y Escalona para 'incrustar' a este género popular en las altas esferas del poder. 'Fue fundamental la importancia de estos tres personajes en el escenario nacional desde el punto de vista político', dijo.
'El vallenato tiene un componente popular, que es la parte campesina, de los juglares, de campesinos y jornaleros, pero hay otro que es el del poder, donde logra una penetración que no estaba pensada; Consuelo Araújo, el expresidente López y el maestro Escalona cada uno, desde sus distintas esferas, logró ese milagro de convertir el vallenato en lo que es hoy en día, ese vínculo de la música vallenata con el poder no lo veo yo en ninguna otra música popular', precisó.
'Escalona no corresponde a la figura mítica del juglar, no tocaba instrumento, ni cantaba; pero era compositor y logró ese vínculo con Consuelo y López para penetrar a un círculo que era cerrado', sostuvo.
Otra de las intervenciones que tuvo lugar en el foro 50 años de Vallenato y Leyenda fue el de la periodista y doctora en psicología Paola Alcázar, quien habló sobre la inteligencia musical que sobresale en Valledupar y el caribe colombiano. 'Luego de una investigación en los últimos 10 años sobre cuál es la inteligencia que más sobresale en los niños, a partir de la teoría de inteligencias múltiples de Gardner, los resultados mostraron que los niños y jóvenes ven en el vallenato una conexión con sus emociones y desarrollan la capacidad de pensar en sonidos, pero además la importancia que tiene en el desarrollo social, político y cultural de la comunidad. Ser inteligente en música, es alimentar el alma, es comprender el mundo y hace un llamado para cultivar esta inteligencia en las nuevas generaciones del vallenato', expresó.
Por su parte, María Mercedes Botero, Directora Inpsicon. Investigación en Psicología del Consumidor y Profesora Universidad del Norte, dictó la ponencia ‘Prospectiva Estratégica de desarrollo de Valledupar enmarcada en la música vallenata ’. 'Creo que hay algunas cosas que se han hecho bastante bien que deben multiplicarse. La unión entre los hacedores de la cultura, los compositores, interpretes, con los seguidores para que sepan hacer buen uso de lo público, apalancar el desarrollo la ciudad para que siga creciendo y sea una oportunidad de ingresos para las personas que viven en Valledupar'. Manifestó Botero.
Otro de los aportes de este evento, estuvo a cargo del presidente de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón, quien manifestó gran preocupación sobre la afluencia de la informalidad foránea en el Festival. 'Nos preocupa que más de 2.500 vendedores informales, que vienen de Atlántico, Bolívar y Santander, se ubican por estos días en Valledupar, lo que ha generado que los comerciantes ambulantes raizales abandonen la actividad. Se hace necesaria una revisión por parte de la administración para garantizar que los recursos que se mueven en el Festival Vallenato, que se estiman en unos 300.000 millones de pesos, en buena parte no salgan de la ciudad y por lo menos ayuden a mejorar la calidad de vida de la gente.
El foro tocó diversas problemáticas y dejó abierta la reflexión sobre la historia del vallenato y su preservación.