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Desde que en el año 1959 la empresa estadunidense Mattel Inc. lanzó al mercado la primera Barbie de ‘medidas perfectas’, senos grandes, cintura pequeña y piernas torneadas; cabello largo rubio hasta la cintura y ojos claros, las niñas adoptaron ese prototipo como el ideal de belleza.

Junto con la muñeca fue creado el que hasta hoy es su pareja, el popular Ken, quien se destacaba por ser atlético, de cuerpo escultural, melena abundante y mentón cuadrado. Ahora la firma dio un vuelco en la concepción clásica de estos personajes, para darle más cabida a la diversidad humana.

Las nuevas versiones del icónico novio de Barbie vienen con tres tipos de cuerpos diferentes: robusto, delgado y original; en siete colores de piel, ocho colores de cabello y novedosos estilos de peinados.

Según Lisa McKnight, vicepresidente senior de Mattel y gerente general de la línea Barbie, estos cambios se deben a que 'estamos redefiniendo lo que una muñeca Barbie o Ken representa para esta generación'. Como Ken, Barbie también ha tenido una evolución en los últimos años.

Desde enero del año anterior, los diferentes muñecos ampliaron la línea Fashionista de Barbie, que ahora ofrece 40 muñecas con siete tipos de cuerpo, 11 tonos de piel y 28 estilos de cabello, según especificó la compañía.

Estos nuevos paradigmas amplían el espectro de la concepción de belleza y exponen la diversidad natural en la cual están inmersos los seres humanos. Como los distintos tipos de belleza también hay personas diferentes, con cualidades diferentes y a esto le han apostado otras compañías que se han dedicado a hacer juguetes incluyentes.

Muñecos en silla de ruedas, como los fabricados por Lego desde enero del año pasado, o muñecas con audífonos para personas en condición de discapacidad auditiva, con vitíligo, labio leporino o con andadera, fabricadas por la compañía británica Makies, tras la campaña Toy like me, la cual busca que los fabricantes de muñecos incluyan personajes discapacitados entres sus productos, brindan juguetes similares a los niños que los usan.

Esta tendencia de juguetes incluyentes no solo hace referencia a hacer modelos como personas en condición de discapacidad o con alguna seña de nacimiento, también comprenden muñecos que destacan alguna raza en particular como la negra o la indígena. En Colombia la comunidad wayuu hizo una muñeca denominada Wayunkerra, para representar su etnia.

Este juguete fue fabricada por la fundación Talatsh Tepichi con el fin de aumentar en los niños la valoración de la identidad cultural y generar un sentimiento de alta autoestima desde sus primeros años de vida. Está hecha de barro por ser un elemento lúdico tradicional que ha usado el pueblo wayuu desde tiempos antiquísimos para asegurar el entretenimiento y formación de sus niñas. Según la psicóloga Greys Jiménez, los juguetes cumplen un papel fundamental en cada etapa del desarrollo de los niños. 'A medida que van creciendo los juguetes van cambiando. Cuando los niños empiezan su proceso de introducción a la sociedad quieren juguetes que les permitan recrear experiencias vividas, recuerdos o conversaciones', indicó.

Asimismo, señaló que los distintos modelos de juguetes que se encuentran hoy representan un papel importante dependiendo de la orientación que imparten los adultos. 'Los niños no tienen prejuicios, pero los mayores sí.

Los padres o cuidadores debemos ser conscientes de que con este tipo de juguetes diferentes se deben promover valores positivos y educar para seguir rompiendo estereotipos y cambios en el pensamiento que favorezcan el respeto, la diversidad y la inclusión, dijo.