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Beatriz Helena Robledo nació en Manizales. Tiene una maestría en Literatura Hispanoamericana de la Universidad Javeriana de Bogotá, en donde dio clases de Literatura Infantil. Entre sus obras están Antología del relato infantil colombiano (1997); Rafael Pombo, la vida de un poeta (2005); Un día de aventuras (2006); Fígaro (2007); Viva la Pola (2010); Rafael Pombo, ese desconocido. Antología (2013), entre otros. Publicó este año la biografía María Cano, la Virgen Roja con la editorial Debate, en la que combina una rigurosa investigación con una escritora cargada de componentes literarios y poéticos. La autora conversó con EL HERALDO sobre este texto.

En trabajos anteriores se había acercado a ciertos personajes históricos como Rafael Pombo y ‘La Pola’, ¿cree que eso la motivó a escribir sobre María Cano?

Desde que escribí sobre Rafael Pombo descubrí el placer y el gusto que me daba escribir biografías. Era un género que no había explorado y que me gustó muchísimo porque creo que reúne varias pasiones que tengo, como la investigación, conocer más de fondo la historia del país, y por otro lado la escritura literaria. En algunas partes de esas biografías las ficcionalizo de cierta forma y en algún momento me dije, 've, esta línea me gusta', porque son mínimo tres años de trabajo que uno se gasta, por lo general, con biografías de esta dimensión. Creo que son varias cosas las que me llevaron a ella, porque por un lado si tenía ganas de hacer una biografía e incluso estaba pensando en hacerla sobre un poeta popular del siglo XX y hablando con la gerente de la editorial salió el nombre de María Cano y me pareció muy buena idea, porque además es una época muy interesante del país y de muchos cambios. Además porque conocemos muy poco sobre ella. Sobre María Cano solo sabía lo que sabemos en general muchos colombianos. Empecé a investigar y me atrapó el personaje, la época y esa dimensión que fue cobrando ella a medida que investigaba.

¿Cómo fue enfrentarse a un personaje de este talante político?

Yo no sabía en qué me estaba metiendo. Esa parte en la que ella se mete en la política de lleno es muy dura. No he sido una persona militante ni me he involucrado mucho en la política, entonces para mí fue entrar muy de cerca a un universo desconocido y realmente fue un reto que me gustó. Aunque creo que no volvería a hacer una biografía de un personaje político, me gusta mucho más la literatura. Sin embargo, descubrí a una mujer maravillosa con muchas dimensiones.

Una de las bondades del libro es que el lenguaje que utiliza es bastante poético, ¿cómo ligar el rigor académico con este estilo narrativo?

He sido lectora de biografías, siempre me han gustado. Fui mucho más consciente como lectora de las posibilidades que estas daban cuando estaba haciendo Pombo y leí muchas más ya con una intención, como tratando de explorar y descubrir cuáles eran ese tipo de licencias que se daban los biógrafos y descubriendo cuáles eran las que me gustaban más como lectora. Y así llegué a esa fusión, por llamarla así, de una biografía documentada, porque a fin de cuentas no es una novela, pero pensando también en el lector y en hacer algo mucho más ameno sin alterar las verdades históricas. Pienso que la literatura da esa dimensión humana que muchas veces se pueden perder con tan solo contar los hechos históricos. Quería escribir algo que no solo leyeran los historiadores o los académicos. Aspiro escribir para un público mayor, que la gente en general pueda acceder a la historia y sea amena.

¿Qué tiene de especial esta biografía frente a otras que se han escrito sobre María Cano?

La primera biografía que se escribió sobre ella la hizo su compañero Ignacio Torres y tuvo una sola edición, y está bien, me sirvió de guía, pero se centra en unos años determinados que fueron los de la vida política de María. Él pasa muy rápido por sus otras facetas. Traza más sobre las giras de María, sobre su dimensión pública como agitadora de masas y cofundadora del partido socialista revolucionario. La de Mario Arango tiene mucha más documentación, pero él lo que hace también es como una biografía documentada. El matiz literario sí sería la diferencia en lo que yo hice. Meterme más en lo narrativo, desde las voces. Hay ciertas partes ficcionalizadas que Mario no hace. Además, simplemente, yo creo que los personajes no se agotan.

¿Cuál considera que fue el rol de María Cano como precursora del feminismo en Colombia?

Ella no manejaba un discurso abiertamente feminista en el sentido de que estuviese alineada a las feministas. Pero pienso que su vida, su actuar y las luchas que hizo –como los derechos de las mujeres y las trabajadores–, la pueden ubicar dentro del feminismo. Todo su accionar y su convicción le abrió un camino a las conquista de los derechos de las mujeres. Creo que se le puede considerar una precursora del feminismo porque cuando se hacen reconstrucciones históricas sobre el movimiento, evidentemente encontramos a María en el camino, porque ella abrió muchas puertas a los derechos de las mujeres. Desafió a la sociedad conservadora y católica a través de sus acciones y su palabra.

¿Por qué es importante escribir sobre personajes como María Cano?

En Colombia nos hace mucha falta cambiar las figuras inspiradoras. Nos ha hecho mucho daño tanta violencia, narcotráfico y corrupción. Y no solo por el hecho de que ocurra, porque pasa en muchos otros lugares, sino porque aquí se exaltan muchísimo a todos estos personajes. Pienso mucho en las nuevas generaciones y en los jóvenes y digo, 'pero ¿qué modelos tienen?' Falta, por un lado, tener unos modelos más vitales, más potentes y también más honestos, porque por ejemplo personajes como Pombo, ‘La Pola’ y la misma María Cano son más íntegros, honestos y realmente lucharon con su vida por sus ideales y convecciones, que iban mucho más allá de ellos mismos. Entonces si creo que nos hace falta nutrirnos más por estos personajes que, por un lado, superan el individualismo extremo –porque tienen una conciencia del otro y un actuar más ético en el sentido más profundo–. Deberíamos leer todos más biografías porque nos permite ver, no solo a esos modelos, sino comprender momentos de la historia que también han sido borrados y olvidados. Y falta todo eso para encontrarnos de una manera más positiva con lo que somos.