Marc Buléon es un cuentero francés que se encuentra participando en el Festival Internacional de Cuenteros El Caribe Cuenta, el cual se desarrolla en Barranquilla hasta el 3 de septiembre.
Buléon, formador en el arte de contar, dirige desde hace varios años un taller de la palabra con adultos autistas. Cuenta que de esta experiencia nacieron espectáculos con los que ha recorrido varios países compartiendo sus historias. 'Soy un narrador que no usa muchas palabras, porque he trabajado con personas con autismo y he aprendido que se pueden decir muchas cosas con el silencio'.
El cuentero dice que 'en Francia, cuando enseño el arte de contar, a menudo les digo a los alumnos que hacen demasiadas cosas con el cuerpo y dicen demasiadas cosas con la boca', y añade que 'cuando hay más palabras, hay menos libertad para el espectador'.
Asegura que se necesitan pocas palabras para que la emoción nazca. 'Eso viene de mi verdad y tal vez un día yo voy a contar sin palabras'.
Para Marc las dos formas de contar son interesantes. 'He escuchado durante años cuentacuentos de aquí, de Chile que hablan muchísimo y muy rápidamente, y es interesante así también. Pero lo que es impresionante en el arte de contar es la diferencia entre todos los cuentacuentos. La misma historia, el mismo cuento puede estar contado por 10, 20 o 30 cuenteros de calidad y cada vez será diferente'.
Dos espectáculos
El artista participa en el festival con dos cuentos, el primero de ellos es 'La geometría de los silencios', el cual presentará el jueves 31 de agosto a las 9:00 p.m. en la Sala Luneta 50 (Carrera 63 #58-44), sobre la vida de las personas con autismo, 'es un relato de la vida real'. 'El cuento habla del encuentro amoroso entre una mujer con autismo y un hombre con autismo. Y cómo esta historia de amor les ha permitido encontrar la manera de hablar, de una forma muy particular, y cómo este encuentro les ha permitido encontrar un sitio en la vida', comenta.
'Alza el vuelo', su segundo espectáculo, que presentará el viernes 1o. de septiembre a las 7:00 p.m. en la Sala Luneta 50, lo hace con su esposa Odile Kayser, una artista visual que dibuja mientras Marc está narrando el cuento. Mezclan de manera sincronizada narración oral, música y pintura.