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En la mañana de ayer, la reina central de Soledad para el Carnaval 2017, Nicolle Pájaro, se tomó la plaza central del municipio en compañía de su madre, Diana Rolando, y la comitiva, músicos y bailarines quienes participaron en su mandato. Rolando expresó sentirse víctima de atropellos por parte de funcionarios de la alcaldía por incumplimiento de pagos durante las carnestolendas. Explicó que, en su momento, el alcalde Joao Herrera la autorizó para vestir a la reina, al rey momo, a los reyes infantiles y demás grupos folclóricos, todo esto contando con un pago futuro.

Rolando cuenta que, seis meses después de que fuese elegida su hija como reina, la administración realizó un contrato con la Fundación Cultural y Social Cofradía Teatral para la organización de las festividades, y los gastos realizados por Diana antes de la llegada de la operadora, no fueron reconocidos; por lo cual maquilladores, grupos de millos y transportadores, que prestaron sus servicios antes de la firma del contrato, siguen también sin recibir el pago correspondiente. 'Me siento utilizada, exijo respeto y por eso le hice un llamado al alcalde y al secretario de Cultura porque son las cabezas de esta municipalidad a nivel cultural', expresó .

Rolando y Pájaro también presentaron queja disciplinaria ante el personero municipal, contra el alcalde, el secretario de cultura y la secretaría general por omisión del deber funcional.

Por su parte, Jair Niebles, actual secretario de Cultura de Soledad, reveló que el inconveniente obedece a unas deudas que quedaron por fuera del contrato y que no fueron contempladas en su momento, pero aclaró que las obligaciones dentro de este mismo fueron canceladas en su totalidad, 'la alcaldía puede demostrar todo con comprobantes de pagos'. Sin embargo, Rolando dio a conocer inconsistencias encontradas en la ejecución del presupuesto del contrato valorado en $1.400 millones.

Las partes implicadas están dispuestas a sentarse a dialogar para estudiar y revisar lo ocurrido y así hallar una pronta solución para conservar el acervo cultural.

Por: Helen Benavides