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Por la entrada de Santa Marta a Barranquilla, miradas curiosas observan con detenimiento los detalles de la obra ubicada en la glorieta de la calle 17, que empalma con el bulevar de Simón Bolívar.

A pesar del tráfico en el sector, y de estar allí hace más de seis años, es casi imposible no desviar la atención del camino para admirar los colores y el acabado del mosaico sobre la base del monumento a la aviación, que da a los visitantes que entran por la vía a Ciénaga la bienvenida a una Barranquilla llena de historias, como la que cuenta la réplica del avión que piloteó Knox Martin en 1919, cuando voló de Barranquilla a Puerto Colombia, y que se inmortalizó sobre la obra de Elsa Marina Losada.

El mosaico de cerámica sobre concreto es tan solo una de las más de 30 obras que tiene esta destacada artista en espacios urbanos. El sentir Caribe, su amor por el río, el mar y la cayena -sus principales fuentes de inspiración- le llevaron a plasmar su sello en lugares de la ciudad que hoy resplandecen gracias a su arte.

Esquinas y espacios antes desolados son hoy una atracción por los símbolos de la cultura que impregna de vida con sus manos. ‘Elmar’, como se hace llamar, es una cartagenera de corazón barranquillero que trabaja sus obras en diferentes técnicas pictóricas, como el óleo sobre lienzo, acrílico, mosaico en cerámica, esculturas en hierro, aluminio y bronce.