Luis Magín no deja de sonreírle a la vida porque, según dice, esta, a sus 96 años, no para de darle carcajadas de aliento. En la terraza de su casa, en su natal Gamero, el Orisha de la Rosa, como también es conocido, recibió este lunes la noticia de que su primera producción musical como solista fue nominada a un Grammy Latino en la categoría de mejor álbum folclórico.
Quizás sin entender la dimensión del reconocimiento, Magín afirma que solo espera más vida y más años para seguir cantando.
'Esto es muy bonito, porque cuando yo cantaba y bailaba en una tarima sentía que volaba como un pájaro. Eso es lo que no me gusta de la vejez', dice con una sonrisa pícara, antes de lanzar una estrofa de Rosa, su canción más sonada, y también su preferida.
'Entre las flores, la más hermosa es la que lleva el nombre de Rosa (…) Rosa qué linda eres, Rosa que linda eres tú, Rosa tú eres la diosa'.
Ese es el estribillo que le ha dado a Luis Magín Díaz el reconocimiento como unos de lo cantadores de bullerengue más representativos del Caribe colombiano, admirado por artistas como Totó la Momposina, Carlos Vives y Joe Arroyo, quienes han interpretado sus canciones.
Asegura que no logró conquistar el corazón de esa mujer que inspiró su canto, pero que se lo dedica cada mañana a todas las rosas que embellecen su calle.
'Me enamoré de la edad de 15 años de una muchacha del Magdalena. Pero yo no le gusté a ella porque decía que era negro y feo (risas)', relata, con una lucidez envidiable, el también autor de A pilá el arroz, Por el norte y por el sur y Me amarás.
La historia musical de Magín empezó desde muy joven. Su gusto por la música se lo debe a su mamá, Felipa García, y a su padre, Domingo Díaz, quienes lideraban las danzas de negros cada año en las fiestas tradicionales de Gamero.
'Yo cantaba mientras tiraba machete y sembraba mis rosas', recuerda para explicar que la música siempre ha sido parte cotidiana de su vida.
Sin embargo, fue durante su estancia en Venezuela, como describe la biografía escrita por Daniel Bustos, director del proyecto que dio vida al álbum El Orisha de la Rosa, que Magín inició profesionalmente su paso por la música al lado de orquestas como La Billo’s Caracas Boys.
'A mí todavía me llaman y me vienen a buscar de Venezuela para cantar. Allá me saltaba a las parejas bailando', asegura visiblemente emocionado, antes de relatar su paso por agrupaciones colombianas como Los Soneros de Gamero junto a Irene Martínez, Los Wadyngos y Los viejos del folclor.
Leonardo Torres, nieto y uno de los herederos de los saberes musicales de Magín, no oculta la emoción al conocer la nominación que logró su abuelo. Dice, con tambor en mano y acompañando sus cantos, que estar en 'esta prestigiosa lista de nominados' es un reconocimiento a su trabajo y sobretodo a su gran talento.
'Lo que más nos alegra es que mi abuelo está viendo los frutos de su talento. Gracias a Dios todavía lo tenemos con nosotros para que vea cuánto lo admiran y lo reconocen', señaló el joven que hace parte ‘Los músicos de Magín’, un grupo de hijos y nietos del cantador gamerano que interpretan su música.
Este año además, Magín recibió el premio Vida y obra del Ministerio de Cultura. También fue incluido como protagonistas de un programa especial que realiza la Gobernación de Bolívar para exaltar los talentos del departamento, e hizo parte de la serie documental Cosechas doradas, que narra la vida de maestros folcloristas de avanzada edad.
Un roble
Además de reírse de lo bueno y lo malo, Magín afirma que la yuca y el bocachico son sus secretos para mantenerse sano y fuerte a sus casi 100 años.
'A mí no me puede faltar mi buen bocachico', confiesa este veterano de la música, que en la producción que le mereció su nominación al Grammy comparte estudios de grabación con Carlos Vives, Systema Solar, Li Saumet, Petrona Martínez, y otra docena de artistas que atendieron el llamado para hacer parte de esta producción que recopila 17 de sus canciones.
En su última visita al médico, hace tan solo una semana, los resultados no podían ser mejores, según detalla su sobrina Rosaura Piñeres. La baja hemo-
globina que los mantenía preocupados fue superada, y Magín sigue firme, esperando como él mismo dice, vivir por lo menos 20 años.
'Los médicos nos dicen que es un hombre muy fuerte. Ahora tiene problemas en un ojo por un catarata, pero esperamos operarlo pronto y que los podamos tener tranquilo, cantando como todos los días', asegura Piñeres.