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Señora bonita, hay algo en su boca, tiene algo su cuerpo que al verla que cruza amor me provoca, señora bonita, usted me castiga, y aunque no me quiera le digo mil veces que Dios la bendiga, señora bonita, su cara es dulzura, mis brazos le ofrecen el discreto instante de una aventura, señora bonita, yo siempre la sueño, mire qué ironía, yo amándola tanto y usted tiene dueño, cantaba Nelson Pinedo en una habitación de la clínica La Isabelica, en una de las zonas más populares de Valencia, Venezuela, días antes de fallecer.

El 27 de octubre de 2016, a las 2:30 de la mañana, se apagó la voz de quien fuera uno de los cantantes barranquilleros más importantes a nivel internacional. Nelson Pinedo había dejado de tararear con su melodiosa voz para zarpar en un mar de ritmo hacia la eternidad.

Su último día de vida transcurrió con normalidad, vigilado por las enfermeras que tenía a su disposición y los médicos, según cuenta Ricardo Campanella, el ortopedista cartagenero radicado en Venezuela que lo atendió en su clínica desde que se enteró del estado en el que se encontraba en el barrio El Junquito, en Caracas.

'A mí me llamó mi hermano Saúl, quien vive en Miami, a decirme que en redes sociales circulaba la información de que Nelson estaba en unas condiciones precarias, en ese barrio subnormal, en los cerros de Caracas. Inmediatamente hice todo lo posible para ponerme en contacto con un familiar', recuerda.

En principio, Carlos Julio, hijo de Nelson, estaba incrédulo, pero accedió a llevarlo al lugar donde le prestaron atención médica. A las 7 de la mañana del día siguiente a la llamada de Campanella estaban los dos en el centro asistencial.

El especialista relata que el aspecto que tenía el ‘Pollo barranquillero’ era deplorable. Aquel hombre impecable, bien presentado y de presencia impactante, no era más que un ser en circunstancias lamentables, viviendo 'casi que en la indigencia'.

'Él era una persona muy hermética con sus asuntos familiares. No dejaba que nadie supiera cómo vivía ni cuál era su verdadera situación. Como siempre se mostró bien, pero estaba pasando por un momento desagradable', agrega Campanella.