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Según la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual, este concepto se relaciona con las creaciones de la mente: invenciones, obras literarias y artísticas, así como símbolos, nombres e imágenes utilizados en el comercio.

Aunque el término apareció hace varios años, distintos factores, como la revolución de la economía naranja y las industrias creativas, han hecho que se haga una reflexión sobre la protección de la propiedad intelectual, lo que pretenden lograr que este creciente sector económico garantice reconocimiento o ganancias por las invenciones o creaciones.

La propiedad intelectual fue el tema de discusión del segundo día del II Encuentro de Carnavales del Caribe desarrollado en la Universidad del Norte, siendo analizado por el abogado cubano Fredy Sánchez, asesor de propiedad intelectual de la Cámara de Comercio de Barranquilla, quien explicó que la propiedad intelectual no solo impide que la explotación económica de una creación sea perpetua y pertenezca a una sola persona, sino que permite que cada vez la creación sea distinta. 

A su turno, el director de patentes de la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual, Marco Alemán, en su conferencia 'Creatividad e Innovación como elementos de políticas culturales e industriales'.

Explicó que 'el Carnaval es mucho más que la individualidad, y aplicar la propiedad intelectual podría estar robando la posibilidad de algo que es de todos. La pregunta es hasta dónde es posible controlar las explotaciones de obras y la respuesta puede ser, si la quiero apropiar es porque la quiero controlar. De las manifestaciones del carnaval seguramente habrá muchas protegibles, pero no apropiables', concluyó el director de patentes de la Ompi.

Entre tanto, el mexicano José Caballero Leal, vicepresidente del Instituto Interamericano de Derecho de Autor, y el colombiano Fernando Zapata López, ex director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), llegaron a la conclusión de que en Barranquilla no se puede determinar como objeto de apropiación. 

'El carnaval no es una obra y como no es una obra no es un objeto de protección o de apropiación como propiedad intelectual, y no lo es porque el derecho del mundo de la protección señala que las expresiones culturales o del folclor no son objeto de apropiación, es de dominio público'.

Asimismo, indicaron que 'el carnaval es un órgano vivo que a través de estos 140 años se ha alimentado de las expresiones que hoy lo enriquecen. Por ejemplo, las canciones de Esthercita Forero, que en su momento eran ejercidas por ella, le redimían a ella derechos de autor, regalías, lo que pasa con algunos artistas que esperan esta fecha para lanzar sus obras'. 

Agregaron que pasa lo contrario con las comparsas y danzas de tradición, puesto que son productos del tiempo, 'que se van enriqueciendo de generación en generación'.

'El gran reto al que estamos asistiendo hoy es a la desmaterialización del conocimiento, la tecnología ha cambiado la forma de vivir y de consumir y ya desde ese punto de partida también comienza la discusión', agregaron.