Es probable que usted recuerde una historia como de película que paralizó al país hace 20 años. Esa historia, que se inició en las polvorientas calles del barrio Nueva Colombia de Barranquilla, tiene como protagonista a una joven, de 1,75 de estatura, que con 16 años estaba a punto de parir a seis, siete u ocho hijos de ‘un solo dolor’. No era un embarazo cualquiera, como el de aquellas mujeres a las que ella recurría para soportar su mentira pidiéndoles sus fórmulas médicas con el fin de replicarlas y enseñárselas a su familia. Era uno que haría que el mes de noviembre del año 1997 quedara para la posteridad como el momento en el que se ‘gestó’ la Barriga de Trapo.
'Ay, no, eso fue una locura. Yo era muy joven e inmadura. Me enteré de que él me estaba engañando con la que era mi mejor amiga. Nada más quería que él se quedara conmigo, por eso me inventé el embarazo', dice Liliana Cáceres al recordar las razones por las que se ideó el plan con el que pretendía retener a Alejandro Ferrans Altahona, quien era su pareja y al que ella consideraba el hombre de su vida.