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Una verdadera lección de vida es la que hoy, a sus 94 años, brinda el empresario cartagenero Alberto Araújo Merlano. Su experiencia y ese largo trasegar por un camino de negocios exitosos ha quedado condensada en su libro, que lleva por título Aprender a vivir mejor. Un texto que invita a descubrir la inteligencia emocional, aquella que nos permite entender que, ante todo, somos seres sociales y que nos debemos a una relación constante con los demás.

El libro, señala el empresario, hace parte de un compromiso que ha adquirido con su nuevo proyecto: la fundación Geniales, que pretende transformar los métodos de enseñanza en Colombia 'a fin de fomentar y promover el descubrimiento y desarrollo de talentos naturales; así como el fortalecimiento del carácter en procura de lograr una vida próspera y feliz'.

Luego de respirar los buenos aires de la mañana cartagenera, a las 7:30 a.m., y tener claro el panorama que avizora para la fundación, don Alberto recorre el hotel Las Américas, saluda a cada uno de los empleados y asume su posición como uno más en este exclusivo sitio ubicado a las afueras de la ciudad del cual es socio fundador.

El triciclo estacionado a las afueras de su oficina indica que se encuentra en su despacho y está presto a atender cada uno de los requerimientos y las responsabilidades que no han sido abandonas un solo día del año. Cada elemento está en completo orden. Fotos de su familia e innumerables condecoraciones dan fe de una vida entregada a su gran pasión, los negocios.

Lo que se observa en esta oficina da cuenta de que en este espacio hay una persona con una férrea disciplina y una concepción clara de lo que quiso y ha logrado hacer de su vida.

Fueron esos mismos los principios y los elementos que marcaron su existencia cuando empezó a trabajar en Bogotá luego de graduarse de abogado en la Universidad Javeriana cuando fue llamado para sacar adelante La Voz de Colombia, una emisora que se había incendiado.

El empresario toma silencios prolongados para recordar que en ese entonces había sido nombrado como subgerente para comenzar, literalmente como al Ave Fénix, a rescatar a esta emisora de las cenizas.

Fue necesario sentarlo casi que obligado a tomar aquel puesto, y luego de un esfuerzo de tres años y una correría por todo el país logró proyectar la emisora y llevarla a ocupar los primeros lugares de sintonía.

Luego de un comienzo exitoso en la capital de la República pensó que el resto de su vida se dedicaría a ser un hombre de negocios.

Corrían los años 50 y el regreso a su tierra natal se hacía inminente. Al llegar a la Heroica se acordó que tendría en Ricardo Segovia, como dicen los cartageneros, ‘un vale’ o amigo que le serviría para forjar el que sería el comienzo de la exitosa carrera de negocios que comenzó entonces con la consolidación de la firma Araújo & Segovia.

Una agencia inmobiliaria que comenzó con un aviso en el entonces diario El Caribe y que con el pasar de los años fue reconocida como la más importante del país. Con su primer negocio en marcha, en la cabeza le rondaba la posibilidad de montar un negocio que estaría vinculado con la vocación propia de su ciudad. Fue así como nació su primer hotel Capilla del Mar e incluso se creó la orquesta las Sirenas del Capilla del Mar.

Un alto en el relato se hace para tomar un sorbo de su jugo de agraz sin azúcar.

El reloj marca las 8:30 de la mañana. Luego de un prolongado silencio continúa contando una fantástica historia de negocios que se han construido a base de esfuerzo y sacrificio.

Los años y la historia de una ciudad como Cartagena dan cuenta de que de la mano de don Alberto Araújo nacieron empresas que hoy por hoy han contribuido al progreso y desarrollo de la ciudad como la lavandería Lavamejor, los hoteles Las Américas en Cartagena de Indias y el Capilla del Mar y Las Américas Golden Tower en Ciudad de Panamá.

Es un convencido de que la familia es fundamental para construir la prosperidad y, es por esto que a cada uno de sus ocho hijos lo tiene distinguido con unas características, una condición especial y una inteligencia emocional.

Habla de ellos henchido de orgullo y asegura que todos lo han superado de la mejor manera para seguir construyendo junto con sus más de cuarenta nietos y varios bisnietos el futuro de una familia que se ha consolidado con negocios prósperos y firmes.