'Don’t believe me just watch', tal y como advierte el hawaiano en su éxito de 2016 ‘Uptown Funk’, junto a Mark Ronson, no importa qué tanto lo describan, el show de Bruno Mars es uno que hay que ver para creer, al menos una vez en la vida.
El reloj marcaba las 8:38 p.m., El Campín se encontraba casi lleno, el clima bogotano estaba libre de lluvia, La agrupación DNCE había acabado su presentación hacía un poco más de media hora y la gente aclamaba a quien habían ido a ver: un hawaiano de 1.65 c.m. de estatura, al que solo unos pocos conocen como Peter Gene Hernández, pero cuyo nombre artístico es sinónimo de un gran talento que recuerda al más grande, al Rey del Pop, a Michael Jackson.
Bruno Mars visitaba por primera vez Colombia y su paso por Bogotá sería uno para la historia.
'¿Gente linda, están listos?', se leía en las pantallas que se encontraban a cada lado del escenario, mientras que a este lo cubría un telón blanco que aumentaba la ansiedad entre los asistentes, quienes no podían esperar ni un minuto más para ver a su ídolo.
Luego de gritos de histeria provenientes de hombres y mujeres por igual y un set de juegos pirotécnicos, cayó el telón y el hombre de la hora salió a escena. Lo que pasó entre Bruno Mars y Colombia en la noche del martes 5 de diciembre de 2017 en El Campín fue amor a primera vista: él no podía evitar sonreír y el público tenía todos los sentidos concentrados en él.
La primera cita entre Bruno Mars y Colombia duró una hora y cuarenta y cinco minutos, que incluyeron canto y baile sin parar.
Una serenata de 15 canciones y un juego de luces que demostró lo que valen el cantautor y su banda ‘The Hooligans’: oro de 24 kilates, el más puro, como se titula el disco más reciente del cantautor y la actual gira mundial que terminará en 2018.
Además, pirotecnia a lo largo del concierto mantuvo al público aún más expectante de lo que ya se encontraba y concentrado en el más mínimo movimiento de Mars.
El espectáculo empezó movido con los temas ‘Finesse’, ‘24K Magic’, ‘Treasure’ y ‘Perm’. Luego, llegó el momento para la balada ‘Calling All My Lovelies’, la cual causó gritos de histeria desenfrenada en las presentes al escuchar al cantante entonar en español el ruego '¡Te quiero mucho mi chica! mi chica, mi chica'.