'La Iglesia existe para evangelizar, esa es su esencia', manifestó monseñor Pablo Emiro Salas, nuevo arzobispo de Barranquilla, en su primer contacto con los medios, tras arribar este viernes a la capital del Atlántico.
El nuevo pastor de la Arquidiócesis se refirió a que la misión de la Iglesia es 'callejear la fe', pues aseguró que los tiempos han cambiado. 'Ya no vivimos en una pastoral de campana, en la que el sacerdote tocaba y todos acudían a la Iglesia. Ahora hay que salir a evangelizar a los fieles y al hacerlo crece la Iglesia, por consiguiente crece también lo social', añadió.
Monseñor Víctor Tamayo, obispo emérito de Barranquilla, acompañó y dirigió al arzobispo en su reconocimiento a la Iglesia más emblemática de Barranquilla, la Catedral Metropolitana María Reina. Arrodillándose por primera vez ante el altar de la Capilla del Sagrario, el sacerdote oró por su trabajo en la ciudad. Más tarde, ensayó en el atril la Oración colecta, recorrió los monumentos mientras el obispo auxiliar Tamayo le informaba los vitrales, el Cristo Libertador, el aposento en el que descansó el Papa Juan Pablo II en su visita a la ciudad, entre otros espacios del templo, guiándole en un reconocimiento previo antes de su posesión canónica.
Promediando las 4:30 de la tarde, el equipo de comunicaciones de la Arquidiócesis organizó una rueda de prensa de presentación oficial de Monseñor con los medios, el líder espiritual habló de la situación de la Iglesia, de los menos favorecidos, de los jóvenes y de la paz en Colombia, entre otros temas trascendentales para el país.
El jerarca de Barranquilla, oriundo de Valledupar, está ligado ampliamente a las costumbres y a la idiosincrasia Caribe, y aunque afirma que los desafíos son muchos dice que viene con calma y sin prisa.
Habló sobre la paz en Colombia en tiempos de posverdad, solidarizándose con las víctimas en medio de la creciente tensión política y polarización del país.'Somos un país polarizado que se mueve más por emociones que por el análisis crítico de las cosas. Al país le hace mal hacer de la mentira un instrumento ideologizado', agregó.
El vicario mencionó también a los no creyentes. 'La Iglesia debe ser una madre que los acoge a todos; tanto para los fieles como para los no creyentes hay amor, y un corazón abierto para acogerles', señaló.
'No somos los dueños de la barca, estamos en la barca y ahora yo, mi corazón lo tengo aquí', concluyó el Arzobispo de Barranquilla, quien se posesiona hoy en una Eucaristía solemne presidida por el nuncio apostólico en Colombia, Monseñor Ettore Balestrero, a las 10:00 de la mañana en la Catedral Metropolitana María Reina.