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Las vacaciones son para muchos sinónimo de descanso y relajación. Un tiempo de ruptura de la rutina diaria en el que cesan las actividades laborales, académicas, horarios estrictos –y en ocasiones hasta las prácticas deportivas–.

Sin embargo, a medida que se avecina el regreso a la vida cotidiana resulta más difícil volver a adaptarse al ritmo que antes se tenía.

Expertos en el tema aconsejan que antes de terminarse el periodo de vacaciones, empiecen a retomarse las actividades cotidianas de manera paulatina para volver con energía y actitud positiva.

'Para mantener la vitalidad de regreso al trabajo o al colegio se recomienda que toda la familia participe de un breve periodo de recuperación de los hábitos y los horarios de forma escalonada para que el cambio no sea tan drástico', expresó la psicóloga Margarita Sarmiento.

'La motivación es indispensable. Por ello, es bueno planificar un nuevo punto de partida, nuevas metas, propósitos y actividades para disfrutar en las otras fechas que vendrán', añadió.

Subir de peso es una de las consecuencias de las vacaciones, sobre todo si estas se dan en la temporada decembrina, en la que abundan las salidas, invitaciones, fiestas y eventos atiborrados de comida. La suspensión del ejercicio puede ocasionar que esos kilos de más que con esfuerzo se perdieron durante el año, regresen.

Para el entrenador Giovanni Jiménez, propietario del gimnasio Go Fitness, es mejor no suspender la actividad física ni descuidar el ejercicio durante las vacaciones. No obstante, en caso de haber salido de viaje o en cualquier razón por la que se haya ausentado, debe realizar durante la primera semana de entrenamiento un proceso de adaptación.

'Lo que se debe buscar como primera medida, es volver a acondicionar el cuerpo para el trabajo. Tomar la primera semana de entrenamiento como una proceso de adaptación en el que se hagan levantamientos suaves de peso, volviendo a ejercicios básicos y sencillos para aclimatar los músculos, articulaciones y la parte cardiovascular, con el fin de recuperar la condición física', explicó.

Hacer que los niños entiendan que las vacaciones llegaron a su fin supone para los padres un verdadero reto. Ese tiempo feliz en el que los pequeños podían pasear, ir playa, jugar, o simplemente disfrutar la presencia de sus padres en casa debe reemplazarse por el regreso a clases.

Sarmiento aconseja a los padres para que ayuden a que los pequeños se enfoquen en el lado positivo.

'Es bueno hacer el ejercicio de comprar con los niños los útiles escolares, mostrarle los colores, lavar los uniformes, que participen de lo bueno que tiene volver a la escuela. Recordarles que volverán a ver a sus amigos, a sus maestros, recalcarles que las vacaciones fueron estupendas pero que el regreso a clases es también tiene muchas ventajas', concluyó.