Compartir:

Seis puntos les bastan para comunicarse. Alineados en dos columnas de tres cada una, y sobresaliendo de la superficie, este sistema logra que miles de personas alrededor del mundo logran interactuar.

Se trata del sistema braille, cuya combinación de cada uno de los puntos en diferentes posiciones representa letras, números, símbolos y hasta códigos. Estos pueden ser percibidos fácilmente con la yema del dedo y permitir la comunicación de las personas que presenten discapacidad visual.

María Del Rosario Guevara, directora de la Fundación María Elena Restrepo (Fundavé), sufre de ceguera congénita progresiva por retinosis pigmentaria.

Ella, comunicadora social y periodista graduada de la Universidad Autónoma del Caribe, aprendió en edad escolar a escribir con tinta, pero con el tiempo y por causa de la baja visión debió aprender el sistema braille.

Recuerda que esto sucedió a sus 20 años en la universidad. 'Cuando las personas ciegas escribimos, el braille nos da autonomía. Tener la agenda telefónica, por ejemplo, aún la tecnología no lo reemplaza', dice.

Cada 4 de enero se celebra el Día internacional del braille con el fin de reconocer la creación del francés Luis Braille, quien perdió la vista a los tres años tras una lesión en un ojo.

De acuerdo con la fuente de información del Registro para la Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD), hay 11.535 personas con discapacidad visual registradas al 2017 en el departamento del Atlántico.

Si una persona ciega o sordociega, por ejemplo, se sube a un ascensor, ¿cómo sabría qué botón oprimir para dirigirse al piso que desea? Con este sistema de lecto-escritura universal las cosas han resultado más sencillas para las actividades cotidianas.

'Si en un colegio hay cosas rotuladas en braille se está incluyendo a la persona ciega, si llegas a un restaurante y al menos hay una carta en este sistema, te sientes incluido', afirma María Del Rosario.

Para tomar apuntes se usa un instrumento puntiagudo para perforar los puntos en papel sostenidos en una pizarra de metal, así los puntos creados aparecen al otro lado del papel.

Aprender este sistema, explica María Del Rosario, depende de la edad, las condiciones y de la pérdida de la visión. 'Si es una ceguera adquirida seguramente se demorará un poco más en aprender por aquello del desarrollo táctil. Las personas ciegas congénitas aprendemos braille más pronto y en la etapa escolar. Quizá puede ser en cuatro meses que una persona tiene apropiado todo el sistema'.

Cuenta además que ella lee documentos cortos y escribe mucho, sobre todo artículos e historias de vida. 'Siempre hago un borrador y busco que alguien lo escriba para tener más fluidez', confiesa.

En el 2017 la Secretaría de Cultura y Patrimonio de la Gobernación del Atlántico, con el apoyo de Fundavé, instituyeron la cátedra Héctor Cadavid Álvarez para promover la estrategia ‘Braille a la mano de todos’. El fin de esto es promover la lectura y la enseñanza de herramientas que les generen independencia a más de 500 personas.

'Falta mucho para la cotidianidad. La gente aún le hace ronda a un niño o un joven cuando lo ve escribiendo en braille, se cuestionan muchas cosas, hay muchos mitos', finaliza.