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Figura indiscutible del séptimo arte, el director estadounidense Martin Scorsese fue galardonado ayer con el premio español Princesa de Asturias, que reconoció la 'trascendencia' de su obra que es 'parte de la historia del cine'.

Scorsese, de 75 años, dirigió 'más de una veintena de películas que ya forman parte de la historia del cine y se mantiene actualmente en plena actividad', escribió el jurado en su fallo, dado a conocer en Oviedo (norte de España).

El jurado resaltó 'la trascendencia de la labor creadora' de Scorsese, realizador de aplaudidos filmes como Taxi Driver, Toro salvaje o El lobo de Wall Street, y colaborador frecuente con actores como Robert De Niro y Leonardo DiCaprio.

El premio, añadió, va a 'uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica surgido en los años setenta del siglo XX', que incluyó a otros 'grandes' como George Lucas, Francis Ford Coppola (Princesa de Asturias 2015) y Steven Spielberg.

Director de 24 largometrajes de ficción, varios documentales y capítulos de series de televisión, Scorsese también ha estado detrás de proyectos de restauración y divulgación de clásicos del cine, tanto en Estados Unidos como a nivel mundial, como el Film Foundation y el World Cinema Project.

Fructíferas relaciones. Desde que Taxi Driver recibió en 1976 la Palma de Oro en Cannes, sus películas no han dejado de acumular premios, entre ellos 20 Oscares, uno de ellos como mejor director por Los infiltrados, en 2007.

Nacido en Nueva York en 1942 y criado en el barrio italiano de Little Italy, dirigió su primer largometraje ¿Quién llama a mi puerta?, en 1965. Apenas unos años más tarde, en 1973, ganó notoriedad con su primera colaboración con De Niro, Malas calles, reconocida por la crítica y el público.

Luego de una seguidilla de películas con De Niro (Taxi Driver, Goodfellas o Cabo de miedo), llegó una fructífera relación con DiCaprio, que resultó en aplaudidos largometrajes como Gangs of New York, El aviador o Los infiltrados.

Con el premio de las Artes quedó inaugurada ayer la temporada de los premios Princesa de Asturias, que desde 1981 reparte ocho en total, uno por semana.

Considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, los reconocimientos distinguen a personas o instituciones relevantes en ámbitos que van desde la investigación científica hasta los deportes, pasando por las letras y la concordia.

El multifacético creador sudafricano William Kentridge recibió en 2017 el Princesa de Asturias de las Artes, que distinguió en el pasado a otros directores de cine como Woody Allen, Francis Ford Coppola y Pedro Almodóvar, arquitectos como Óscar Niemeyer, Frank Gehry y Santiago Calatrava y a músicos como Paco de Lucía y Bob Dylan.

El premio, por el que este año compitieron 35 candidatos de 21 países, está dotado con 50.000 euros (unos 61.000 dólares) y una escultura creada por Joan Miró.

Los galardones serán entregados por los reyes de España en octubre en una ceremonia en Oviedo, sede de la Fundación Princesa de Asturias, que toma su nombre del título de la heredera al trono, la princesa Leonor.