Con la ilusión de ser un ejemplo y aportar en el crecimiento de sus hijos, la barranquillera Raquel Chiquillo y las venezolanas Mardelys Rodríguez y Lisbeth Briceño recorren las calles de Barranquilla.
La primera, madre de dos, le brinda alimento, medicamentos y ropa a la población venezolana que habita en las afueras de la Terminal de Transporte y del barrio Simón Bolívar.
Rodríguez, embarazada, lleva nueve noches durmiendo en el suelo de la Iglesia Santa Marta de Barranquilla tratando de refugiarse de la lluvia y el calor, con la única compañía de su novio, mientras Lisbeth, de 41 años, sobrevive en un cambuche con uno de sus cuatro hijos.