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Equipada de su silla de camping, su manta y sus guantes blancos, Peggy Desmond, de 49 años, pasará la noche ante el castillo de Windsor para estar en primera fila, el sábado, en el momento de la boda real.

Acompañada por su hermana, esta fan irreductible de la familia real británica vino especialmente de Wisconsin (norte de Estados Unidos) para asistir a la boda del príncipe Enrique, de 33 años, y la actriz norteamericana Megan Markle, de 36.

'Llevamos aquí desde las 08H00 de la mañana (...) Creo que vamos a tener una buena vista', explica esta mujer de pelo largo y rubio, sentada en una silla de lona y rodeada de pequeñas banderas británicas y estadounidenses.

Las dos hermanas acamparon en la verdura de Long Walk, la larga y majestuosa avenida bordeada de grandes árboles que Enrique y Markle recorrerán en un carruaje descubierto justo después de la boda, en el que será su gran baño de masas.

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'Trajimos sillas, una lona, en caso de que llueva, pero también crucigramas, sudokus, y mantas para mantenernos calientes', agregó.

'Y, por supuesto, guantes blancos y una tiara para usar en el momento de la boda', bromeó.

Al igual que Peggy, muchos fans de la familia real han planeado acampar la próxima noche cerca del castillo para no perderse nada, dándole a esta ciudad de postal los aires de un festival de rock veraniego.

Shirley Messinger, una británica de 72 años, había pasado este viernes ya su primera noche de acampada acompañada de sus amigas.

Las condiciones son espartanas, pero por nada en el mundo se perdería el gran día.

'Una boda es una cosa maravillosa, la familia real es maravillosa, así que cuando las dos cosas se unen...', suspiró, con un sombrero adornado con flores de los colores de la Unión Jack, la bandera británica.