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Sangre por todos lados, cuerpos mutilados, romance apasionado, drama exagerado cual telenovela, insinuaciones sexuales, un sinnúmero de balas y humor negro enmarcan la segunda entrega de Deadpool, el anti-héroe de Marvel que en 2016 rompió todos los récords de taquilla de las cintas del Universo de los ‘X-Men’. El sujeto vestido de rojo ahora viene por más.

Deadpool 2 repite la fórmula ganadora de su precuela y una vez más el libreto es una traducción perfecta del personaje del cómic a la pantalla grande. El mutante mercenario interpretado nuevamente por Ryan Reynolds es el único que puede burlarse de sí mismo, el actor que lo interpreta, el Universo Cinematográfico de DC, Star Wars, Frozen, RoboCop, Stranger Things, Avengers y Beyoncé entre otros.

Sin embargo, aunque la cinta de 119 minutos de duración avanza de una manera rápida y muestra diferentes matices de los personajes, esta falla en que no presenta novedades en comparación con su antecesora.

Por otra parte, esta es un film que cuenta con un fuerte mensaje sobre la importancia de la familia, lo que cala en el público barranquillero, pero no es apto para toda la familia. El filme, dirigido por David Leitch, contiene un lenguaje a veces soez, violencia explícita, referencias sexuales y un breve acercamiento a las drogas fuertes, esto impide que menores de 18 años no puedan ingresar a las salas de cine.