Cuando Meghan Markle besó al príncipe Enrique a la salida de la capilla de San Jorge, aplausos y gritos emocionados retumbaron en el gimnasio de la secundaria de Los Ángeles donde estudió la flamante duquesa.
En la tarima donde hoy está la pantalla gigante en la que unas 60 personas ven la boda real, Meghan inició su camino en la actuación, que la llevó a Canadá a grabar una serie judicial y a conocer allí a su ahora esposo.
Es de madrugada y la gente se vistió lo más cómoda posible -ropa deportiva, camisetas, pijamas-, aunque no podía faltar el toque 'monárquico' con los lazos y sombreros que muchas decidieron vestir.
Carol Dance y su hija Olivia los fabricaron ellas mismas, usando flores y cintas coloridas. Sandra Ponce optó por un lazo negro con una pluma, el de Stacey Johnson fue un arreglo amarillo... que ella cree que fue de lo que sobró del último Derby de Kentucky.
'Estamos tratando de tener el espíritu' de la ocasión', dijo con una sonrisa Sandra, de 46 años, que sobre una cobija vio la boda con su hija Micaela, de 13 años.
Los estadounidenses no son fervorosos seguidores de la familia real, la mayoría sigue lo básico. Pero muchas de las madres en el gimnasio recordaron por
'Mi sueño de infancia'
Markle se graduó en 1999 en el Immaculate Heart High School, un liceo femenino y privado enclavado en el corazón de Hollywood.
Muchas de las chicas que vinieron a ver la boda no habían nacido cuando eso, otras siquiera habían escuchado de Meghan hasta que se comprometió con Enrique para convertirse además en la primera mulata en la familia real británica en los tiempos modernos.
'Es una inspiración', dijo Micaela, que cursa octavo grado y es latina. 'Como una mujer de color esto nos hace muy feliz, ver a la familia real evolucionando así', complementó su madre.
'Estoy muy feliz de estudiar en Immaculate Heart porque ella es un impacto aquí', indicó por su parte Tulsa Johnson, la hija de Stacey, que adornaba su cabello rubio con un arreglo rojo.
Markle -una 'verdadera californiana' que cree que 'todo se cura con yoga, la playa o algunos abogados'- es la segunda estadounidense en unirse a la realeza británica, después de Wallis Simpson, que también estaba divorciada cuando se casó con el príncipe Eduardo en 1937, luego de que éste abdicó al trono.
Y a estas chicas, ¿les gustaría ser princesas, seguir los pasos de Meghan?
'Era mi sueño de infancia', confesó Micaela. 'Pero depende de la vida, yo me pondré por ahora mis propias metas y si ocurre será el destino'.
Yo prefiero ser matemática o diseñadora', respondió Tulsa. Su madre coincide: 'Es divertido verlo, pero esa vida es mucho trabajo'.
'Princesa o presidenta'
En el gimnasio, al lado de la bandera estadounidense, hay una del Reino Unido.
La directiva del colegio aún no sabe si la dejará allí en honor a su exalumna, que ahora tiene también la nacionalidad británica.
Naemah Morris, directora de la secundaria, se graduó justo antes de que Meghan entrara al colegio y volvió como profesora cuando ya la joven se había graduado. No la conoció, pero asegura que ha seguido sus pasos incluso desde antes de todo el revuelo monárquico.
'A nuestras estudiantes más jóvenes les mostramos su video en las Naciones Unidas' en 2015, indicó Morris. 'Tratamos de destacar a todos los integrantes de esta escuela que marcan la diferencia en el mundo', siguió, al hablar sobre el activismo de Meghan. 'Es lo que más inspira' a las estudiantes.
'Claro que quieren que Meghan tenga amor y felicidad, pero creo que el que tenga una plataforma para lograr un cambio es lo que más les emociona'.
La directora de la escuela de educación media, Gina Bonino Faner, cuya hija conoció a Meghan en sus años en esta escuela, no sabe si habrá otra princesa, pero está segura de que muchas de sus egresadas harán la diferencia.
'Ejecutivas de empresas, médicos, militares... No me sorprendería que terminen siendo princesas o hasta presidenta' de Estados Unidos.